MI OPINION: Mando único.

23 noviembre 2015
Visto: 961 veces

MI OPINION. 

Mando único.

El llamado Mando Único Policial es una figura que pretende rescatar el control de la seguridad pública para el Estado. No es un invento del sexenio peñista, pero si es una iniciativa que el Presidente rescata e impulsa de manera destacada, para levantar el ánimo social en materia de combate al crimen y en especial de los avances en la cruzada contra la delincuencia y el narcotráfico, que no dan los resultados esperados, y de las expectativas que de este sexenio se tienen (desde hace tres años) y de los propios indicadores de desempeño que los altos mandos del gobierno interior, del ejército, de las policías, tienen de sí mismos. Y de su coordinación (asignatura pendiente).

El Mando Único Policial pretende el control unilateral de la seguridad en todo el territorio nacional. Pero la iniciativa tiene trampas. La primera estriba en que el Gobierno Federal y sus fuerzas armadas y policiales no quisieron ejercer de manera directa el mando. Se optó por que los Gobiernos de los Estados asuman el control de sus policías (y puede pensarse que eso ya existe, pero no, hay total descontrol de los gobernadores sobre sus cuerpos policiacos, y la coordinación con el ejército y las corporaciones federales, es mala en gran parte de la geografía nacional, y nula en algunos sitios importantes).

Este Mando Único tiene como objetivo principal que los Gobiernos Estatales revoquen el control municipal de la seguridad y de las policías municipales y rurales, y sean ellos, el mando único local. Ahí está el grave problema. Aunque sea cierto que los municipios son más vulnerables a ser coptados por el crimen, en palabras llanas, que las policías municipales obedecen al crimen, están infiltradas y comandadas por la delincuencia, también es ciento que los estados (muchos, o casi todos…) están contaminados. Y al asumir el Mando Único, toman el control, y se trasfiere (ese control) en automático, hacia “los controladores” de esos gobiernos corrompidos, infiltrados; consecuentes.

El Pacto Federal que da autonomía a las entidades no puede ser pretexto para que el desorden prive, para que la corrupción y la impunidad campeen a sus anchas en todas las regiones del país. Piensen en la relación de quienes costearon las campañas políticas, el dinero sucio que financió candidaturas y el control del terreno que se cede, a esos “mecenas del infierno”, en correspondencia.

Los municipios grandes, las capitales, y los que devienen de una oposición política al régimen estatal o federal, están en contra del Mando Único (es una cuestión de confianza). Existe una total desconfianza en el gobernador y en el gobierno estatal para que asuma el control de la seguridad en sus territorios municipales. En Coahuila por ejemplo, el Gobierno Estatal ha usado el espionaje, las grabaciones, la persecución política y mediática y la investigación política, para amedrentar y someter: a sus contrarios y a sus muchos enemigos (partidos, alcaldes, legisladores, empresarios, grupos sociales, iglesias, etc.), de tal suerte que al controlar a las policías municipales, asumirá el control gansteril total.

Hay sitios de Coahuila donde se teme más a las policías estatales de reacción, a las policías llamadas tácticas, que “a los malos”. Ahora que el Alcalde de Saltillo, Isidro López Villarreal (profesionista serio, de familias de abolengo, de origen panista y con relaciones políticas y financieras importantes; y aspirante a la gubernatura) fue electo Presidente de los Alcaldes Panistas del país, ha puesto el dedo en la llaga. ¡No al mando único!, en tanto no se clarifique como se les pagará a las nuevas corporaciones, y sobre todo, el uso indiscriminado (político y persecutorio; y hasta de protección de criminales) que los gobernadores quieran dar a las corporaciones y a la seguridad.

Depurar Estados, y luego asumir el Mando Único Policiaco, es el orden de las cosas que habrá de seguir el Gobierno Federal. El uso de los recursos del SUBSEMUN como mecanismo político de coerción, es totalmente chantajista y violatorio a la ley. Los recursos que el Congreso autorizó a los municipios no deben ser moneda de cambio para que los ayuntamientos cedan el control de la seguridad a sus estados, aun estando en desacuerdo. El miedo al poder desmedido de los gobernadores y sus alianzas con el crimen, detiene la iniciativa presidencial.

¿Mando Único, un mal mayor situado sobre un bien político y social?

Adrián Garza Pérez

@Adrian_garzap

[email protected]

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *