MI OPINION: Oportunidad de oro (2 de 2).

15 noviembre 2015
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MI OPINION.
Oportunidad de oro (2 de 2).

En la primera parte de este artículo “Oportunidad de oro”, publicado antier viernes, resumí en dos, los temas urgentes que tiene el gobernador Rubén Moreira Valdez de aclarar, en ocasión de comparecer ante el Congreso del Estado, al llegar la fecha (30 de noviembre) de rendir su IV Informe. Dos temas: Deuda y Seguridad (con mayúsculas).
Y aunque estos dos temas resumen buena parte del malestar social, y urgen datos ciertos y verdades prístinas, hay otras cosas que arreglar. Si de verdad hay voluntad de hacerlo y de reconciliarse con la gente, con la vida, con la política; con tantos actores de nuestra noble y laboriosa comunidad coahuilense, que se sienten desplazados, abandonados, viviendo peor que antes y sin esperanza de mejorar. Perseguidos, humillados y sobre todo, defraudados por el actual Gobierno de Coahuila y en especial por Rubén Moreira; pedir perdón es buena idea.
Pedir perdón es de gente grande, es de nobles, es de humildes, es de personas bien nacidas. Hay tanto de que pedir perdón en este gobierno y por este gobierno: Los excesos, los exabruptos, las grabaciones, los espionajes, las leyes contrarias a la sociedad. Las imposiciones, la nula planeación y por ende, la conducción estatal por motivaciones al bote pronto. Por la corrupción, la impunidad, las mentiras.
Imaginen por un instante… el gobernador de pie en el Informe, sin ponerse la mano en el pecho (porque insulta la hipocresía), en un sentido acto de contrición y arrepentimiento. Pidiendo perdón a su gente por: sus actitudes, por sus fracasos, por sus excesos. Por los negocios y la desinformación. Por un gabinete arbitrario, por una policía represora y corrompida. Por manchar el nombre de Coahuila con tantos hechos ominosos y opacos. Por poner en riesgo la economía de los habitantes de su estado. Por sentirse rey y mandarse dictador.
Luego del perdón humildemente rogado, empezar de nuevo. Empezar por aclarar paradas: La deuda, la seguridad, los conflictos de interés, la familia, su hermano y el gobierno anterior. Su responsabilidad como gobernador en hechos y acciones que han afectado a las finanzas y la política del estado. Su intromisión en el gobierno anterior, los personajes ligados a él que han excedido sus funciones y han dañado al estado, antes y ahora.
Aunque avergonzara lo escuchado, aunque avergonzara lo dicho, merito tendría su valentía. Esa valentía de hombre que reconoce sus delitos, sus pifias, sus equivocaciones, hasta su mala fe. No la valentía de represor y maldito, que ha vendido como escaramuza y con ella, fintado a unos y dañado a tantos.
Si Rubén Moreira dejara que su hermano viniera a explicar la Deuda, para que no fuera ataque estratégico cada vez que se pensara ocultar datos y hechos. Para que no fuera tema mediatizado en las vísperas de los informes. Humberto Moreira Valdes ya expresó su voluntad, por interpósita persona, de venir a decir su verdad de la Deuda y sus entretelones. De hacerlo pronto, incluso si el gobernador actual no lo considera oportuno (nunca), o si no le dan las facilidades para hacerlo. ¿Qué dirá el ExGobernador HMV, no sé?, pero sé que urge que lo haga, por él y por todos nosotros. Rubén aún no se da cuenta, pero a él le debiera interesar más que a nadie, que cada quien afronte y aclare. Que cada quien asuma sus culpas.
Enmendar la plana, enderezar el camino, respetar la ley. ¿Por qué dejar al que siga la chamba de deshacer lo mal hecho? Empezar desde ahora a limpiar la casa, sería algo parecido a construir una salida lo mas limpia posible. Aún es tiempo, pero ha menester: Vocación de estadista, seriedad, hombría de bien, amor a su tierra. ¡Humildad!
Le digo hoy al gobernador: Tiene usted señor Rubén Moreira tanto que agradecer a la vida, a Dios y a su gente, por el privilegio de gobernar la tierra más noble y laboriosa, más conservadora y sensible, más mexicana y leal. Que privilegio tan grande recibió de ser Gobernador de Coahuila. Honré esa oportunidad, respóndale a su gente. Deje la soberbia y abrace la humildad. De frente, con verdad, sin media tintas; ruegue el perdón y (a partir de ahora), trabaje en consecuencia.
Ser agradecido significa una noble actitud y una virtud practicada con honestidad. “Oportunidad de oro” tiene usted señor Rubén Moreira Valdez. Ya va tarde al encuentro con la verdad. Un mañana próximo acorta el horizonte (uno que no significa el final de la administración); el juicio será implacable. Es tiempo ya de la redención.

Adrián Garza Pérez
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