El impuesto a los refrescos seguirá vigente en México. El Senado detuvo la propuesta de reducir a la mitad la carga fiscal para las bebidas azucaradas que la Cámara de Diputados hizo la semana pasada. A pesar de la presión de la industria refresquera, los legisladores acordaron mantener el impuesto para continuar con la alta recaudación fiscal que ha registrado en los últimos dos años. El controvertido Impuesto Especial sobre Producto y Servicio (IEPS) suma un peso mexicano (0,06 dólares) a todos los líquidos con azúcar añadida en el mercado.
Las cifras del ministerio de Salud sostienen lo contrario: la caída en la venta de refrescos ha sido más profunda en los grupos socioeconómicos con mayor pobreza. En México, un 53,3 millones de personas viven en la pobreza y la mayoría se ha inclinado a consumir refresco ante el poco o nulo acceso al agua potable.
El Instituto Nacional de Salud Pública sostiene que la preocupación por el consumo de bebidas azucaradas está principalmente en la población infantil. Los menores que consumen altas cantidades de refrescos tienen 55% más probabilidades de padecer obesidad que quienes consumen menos. “La introducción temprana de bebidas con sabor dulce en los niños definen preferencias por bebidas dulces más tarde en la vida”, señala el Instituto. La escena del bebé bebiendo refresco en lugar de leche de un biberón todavía es frecuente en los hogares mexicanos. Al centro de la mesa siempre hay bebidas endulzadas para acompañar la comida y las tiendas de alimentación ofrecen una amplia variedad de productos que van desde los 200 mililitros hasta los tres litros.
México es el segundo país con más personas que padecen obesidad, después de Estados Unidos. La diabetes es la segunda causa de muertes en México: unas 78.000 personas fallecen al año por esta enfermedad. Casi seis millones y medio de mexicanos son diabéticos. El refresco es prácticamente un producto de consumo básico entre los mexicanos, que son los mayores consumidores del mundo: 163 litros por persona al año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La industria refresquera es una de las importantes del país y supone el 1,1% del Producto Interno Bruto (PIB).
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