POLÍTICA Y EL MOVIMIENTO POPULAR DE LA LAGUNA

16 octubre 2015
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“En teoría todavía seguimos sacralizando al Estado y reverenciando a los altos funcionarios que son sus guardianes, pero en la práctica soportamos cada vez menos su papel”. 

Michael Crozier

Ciudadanos y política protagonizan el divorcio más escandaloso de los últimos tiempos. Si alguna vez, sociedad y gobierno, caminaron de la mano, tendrán que suceder muchas cosas para que lo veamos de nuevo. El matrimonio no acabó en los mejores términos. Al ciudadano le corroe cierto sentimiento de inutilidad de la política. Sólo pensar que el Estado fue incapaz de mantener a los presos en sus celdas o que la pobreza ha burlado todas las trampas que la política de gobierno le ha puesto.

Digámoslo con claridad, lo que está en el debate actual es la utilidad de la política ciudadana para transformar realidades, no la suerte de los políticos o, como les llamó el sociólogo francés Michael Crozier, los “guardianes del Estado”. ¿En qué momento los ciudadanos renunciaron a su derecho de hacer política y lo cedieron a los políticos? ¿Dónde están los movimientos populares, los líderes sociales, los gestores comunitarios, los estudiantes comprometidos con su comunidad? O han olvidado cómo hacer política o pecan de discretos. ―Salvo el obispo de Saltillo, Raúl Vera, que no deja causa sin encabezar―.

No te creas que los de sotana sean los únicos líderes que han encabezado causas sociales en Coahuila. Recibí recientemente del maestro Salvador Hernández Vélez un libro de su autoría denominado El Movimiento Urbano Popular en la Laguna 1970-1980. Confieso que llamó poderosamente mi atención. No sólo por ser un libro único en su tipo en Coahuila, sino porque con gran precisión metodológica y determinante conciencia histórica describe uno de los sucesos más característicos de las luchas sociales y los movimientos populares en el país. De especial interés resulta el hecho que este ejercicio de política ciudadana, incluyente y democrática, como lo describe su autor, sucediera en La Laguna, Coahuila y Durango.

“Impulsar hasta sus últimas consecuencias la democracia”, era el propósito del movimiento―o despropósito si tomamos en cuenta el contexto histórico y la cerrazón con la que actuaban los gobiernos de aquel tiempo―. Lo interesante es que, a diferencia de la ausencia de sentido de algunos movimientos sociales actuales, la búsqueda de democracia de aquel movimiento tenía el objetivo concreto de formar y movilizar a las masas para resolver sus propias necesidades concretas, como la falta de vivienda. ¿Quién piensa en los “guardianes del Estado” cuando los ciudadanos se organizan para cimentar su propia historia y transformar su realidad?

Sin más ayuda que la memoria de lo vivido y las notas que sólo los protagonistas metódicos suelen tomar, el hoy maestro universitario Salvador Hernández Vélez describe el contexto histórico, los objetivos, la estrategia denominada “pretextos-objetivos”, el sustento ideológico (bañado por los fundamentos de la izquierda escritos formidablemente por la socióloga chilena Marta Harnecker) y los resultados de un método apalancado en la participación democrática o “asambleísmo”, materializado en un movimiento apartidista y sin violencia, que a la distancia se creía un mito del que se hablaba tímidamente en algunos ámbitos académicos de la entidad.

A la luz de la crisis política actual, ¿cuál es la vigencia y pertinencia que estudiantes, líderes sociales, incluso algunos políticos, analicen conceptos como Bases Sociales de Apoyo, Línea de Masas o Poder Popular? El tiempo y la presión ciudadana han hecho grietas en la pared de hormigón del Estado. Grietas como la transparencia, presupuestos ciudadanos o consulta popular, entre otros ejercicios de participación ciudadana que en los 70s resultaban impensables. Hernández Vélez lo sabe, lo ha vivido.

Pero de ninguna manera los avances democráticos ganados por la ciudadanía impiden que, con sus debidos matices y actualizaciones, un método de empoderamiento político ciudadano mantenga vigencia como instrumento, no partidista, para transformar realidades.

No te espantes por favor, sólo voltea a tu alrededor, observa las carencias que sufren gran parte de la población y sin problema alguno advertirás las ideas expresadas en el libro.

Escrito por: Rubén Olvera Marines

Su Opinión: [email protected]

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