Ingredientes
- 100 gramos de nueces
- 70 gramos de cacao en polvo sin azúcar
- ¼ de cucharadita de sal
- 220 gramos de dátiles deshuesados
- 3 cucharadas de sirope de ágave
- 40 gramos de almendras crudas, sin tostar y sin sal
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Instrucciones
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En un robot de cocina, batidora o picadora añadimos las nueces y las trituramos hasta que se conviertan en polvo.
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Añadimos el cacao y la sal y volvemos a triturar hasta que se integren.
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Echamos los dátiles poco a poco porque si no podría atascarse el robot.
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Añadimos las 3 cucharadas de ágave y removemos. Debe quedar una consistencia como de migas de pastel pero que sea pegajosa y que se quede compacta al presionarla, si no os queda así podéis añadir más dátiles (si está demasiado blanda) o más ágave (si está demasiado seca).
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Por último, echamos las almendras picadas y removemos para que se repartan. Podéis picarlas con un cuchillo en trozos grandes o si lo preferís podéis triturarlas con el robot para que queden trocitos más pequeños. A nosotros nos gusta encontrarnos las almendras así que no las picamos mucho.
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En un recipiente cuadrado o rectangular (nosotros utilizamos uno de 15×20) colocamos papel film o de hornear y echamos la mezcla. Presionamos con ayuda de una cuchara o de las manos para prensarlo y dejarlo con forma de brownie. Metemos en la nevera al menos un par de horas. Lo sacamos pasado ese tiempo, desmoldamos y espolvoreamos con cacao crudo.