Surgido como una escisión del Cártel de Sinaloa, ha sido identificado como uno de los principales generadores de violencia en la capital y la zona conurbada.
Las recientes capturas de líderes del Cártel Nuevo Imperio, incluidas la de Gustavo Aldair “N”, alias “El Malportado”, durante un operativo en Acapulco, han colocado nuevamente a este grupo criminal en el centro del debate sobre la violencia en la Ciudad de México y el Estado de México.
Identificada por autoridades como una organización generadora de violencia y vinculada con delitos de alto impacto —entre ellos el homicidio del coordinador policial Milton Morales Figueroa—, la estructura actual del Cártel Nuevo Imperio refleja la capacidad de las organizaciones delincuenciales para reconstituirse y operar con alianzas y rivalidades en la región.
Origen y evolución
De acuerdo con información del periodista Óscar Balderas, experto en temas de seguridad y narcotráfico, el Cártel Nuevo Imperio surgió tras los hechos de 2008, cuando la ruptura entre los Beltrán Leyva y la facción dirigida por Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán e Ismael ‘El Mayo’ Zambadaprovocó una ola de fragmentaciones dentro del Cártel de Sinaloa.
Como consecuencia, varias células de los Beltrán Leyva migraron y buscaron establecerse en el Estado de México, Ciudad de México y Morelos, iniciando una etapa de reconfiguración criminal.
El surgimiento de este grupo se enmarca en un contexto de constantes rupturas y escisiones dentro del crimen organizado. De las divisiones originales surgieron células como La Mano con Ojos y estructuras como la Unión Tepito, además de la intervención de operadores criminales de alto perfil como Édgar Valdez Villarreal, ‘La Barbie’.
Según análisis del periodista Óscar Balderas, el Cártel Nuevo Imperio es una de esas astillas resultantes de la fragmentación y la búsqueda de nuevas plazas en el centro del país.
Sin embargo, el grupo se consolidó después de 2017, tras la detención de Dámaso López Núñez y la entrega de su hijo, Dámaso López Serrano, lo que permitió a la organización afianzarse y fortalecer su presencia en el centro del país.
El nombre “Cártel Nuevo Imperio” no es casual, señala Balderas: fue elegido para comunicar a rivales y aliados la llegada de un grupo criminal que busca adueñarse de territorios estratégicos en el centro del país.
A través del despliegue de violencia y la ocupación de plazas se fortalecieron y consolidaron alianzas —particularmente con la Unión Tepito y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)—, además de marcar como rivales a los Chapitos, la Fuerza Anti Unión y la Familia Michoacana.
Su presencia ha sido documentada en alcaldías de la Ciudad de México como Miguel Hidalgo, Azcapotzalco, Gustavo A. Madero y Álvaro Obregón, así como en municipios del Estado de México, entre los que destacan Cuautitlán Izcalli, Ecatepec, Tlalnepantla, Naucalpan, Coacalco, Atizapán, Nicolás Romero, Teoloyucan, Tultepec y Huixquilucan.
Este posicionamiento ha permitido enfrentamientos violentos, como el registrado en el Bar Bling Bling en Cuautitlán Izcalli, en 2024, una masacre asociada a la disputa entre células relacionadas con el Nuevo Imperio.
Principales actividades delictivas
El Cártel Nuevo Imperio se caracteriza por el uso sistemático de la violencia y la diversificación de sus delitos. Actividades como el tráfico de metanfetaminas y cocaína, la extorsión, la piratería, el secuestro y el robo a transporte de carga forman parte de su catálogo delictivo.
Además, ha mantenido prácticas de cooptar policías municipales y establecer mecanismos de protección institucional para asegurar su operatividad, según reportes oficiales.
Últimos golpes
Su estructura interna ha sufrido golpes importantes en los últimos años. La captura de Néstor Arturo López Arellano, alias ‘El 20’, en julio de 2024 en la colonia Polanco, así como de operadores relevantes como Cheyla Ruth, “La Reina del Sur”, han derivado en una fragmentación de la organización.
Investigaciones apuntan a que tras estos arrestos, el grupo se dividió en pequeñas células que buscan mantener el control sobre territorios estratégicos dentro de la Ciudad y el Estado de México.
Entre los casos recientes, el operativo conjunto de este 2 de agosto en Acapulco marcó una de las capturas más significativas: Gustavo Aldair Arzate Vázquez, alias “El Malportado” o “El 19”, líder de una célula denominada “Los Malportados”, fue detenido junto a otros cuatro operadores de primer nivel.
La detención ocurrió durante la celebración de su cumpleaños en un club de playa. Los nombres y alias de sus acompañantes son: “El Tosco”, “Cabezas”, “Frijol” y José Ignacio “N”.
Durante el operativo se les aseguraron tres armas de fuego, 51 cartuchos útiles, cuatro básculas de precisión, 80 dosis y medio kilogramo de una sustancia similar a crystal, 50 gramos de tabletas presuntamente relacionadas con fentanilo y 165 gramos de hierba con características propias de la marihuana.
Estos detenidos resultan señalados como responsables de secuestros y homicidios ocurridos en Iztapalapa y Miguel Hidalgo (de entre mayo de 2024 a julio de 2025), además de un feminicidio documentado en la zona oriente de la capital.
El asesinato de Milton Morales
El 21 de julio de 2024, Milton Morales Figueroa, coordinador general de la Unidad de Estrategia Táctica y Operaciones Especiales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), fue asesinado en Coacalco, Estado de México.
Morales Figueroa era considerado uno de los policías más experimentados y colaborador cercano de Omar García Harfuch, exsecretario de Seguridad de la CDMX y actual titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Las investigaciones de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México han confirmado la implicación de miembros del Cártel Nuevo Imperio en el homicidio, junto con elementos ligados a otros grupos criminales.
Entre los señalados figuran operadores como Raúl “N”, alias ‘Racafa’, y José Manuel “N”, alias ‘El Manu’, quienes ya habían sido detenidos bajo el mando de Morales y reaprehendidos tras su asesinato. El autor material, Jorge Leonel “N”, alias ‘Leo’, aceptó el encargo a cambio de saldar deudas económicas y fue capturado en Hidalgo poco después del crimen.
La operación que llevó a la muerte de Morales Figueroa fue planeada minuciosamente: los responsables se reunieron en un taller mecánico en Tezoyuca, Estado de México, donde definieron la estrategia y distribuyeron roles.
Cámaras de vigilancia captaron el seguimiento al jefe policiaco desde su domicilio hasta el comercio donde le dispararon por la espalda. Tras perpetrar el homicidio, los implicados se dispersaron usando varios vehículos y puntos de escape previamente acordados, y se ocultaron en diferentes puntos de Hidalgo y otras entidades.
De acuerdo con las autoridades, la razón de fondo podría ser una venganza, pues Morales había dirigido detenciones y operaciones que afectaron la operatividad del grupo. Las redadas y aseguramientos bajo su mando involucran decomisos de drogas, armas y la aprehensión previa de varios de los hoy señalados como autores materiales e intelectuales del asesinato.
Información de: Infobae
