Contrario a lo que muchos pensaban pareciera ser que la llegada a la Presidencia de Claudia Sheinbaum no tendrá ni sello propio ni autonomía, su actuar se limitara a ser el de una vocera de quien gobierna a distancia.  

Incluso esa imagen se percibe no por comentarios de pasillo, de medios informativos o platicas de café sino que la misma Claudia es quien lo deja ver al contestar todo a nombre de AMLO y exponer que su llegada a la presidencia es gracias a él. 

Jamás ha dado valor a su calidad de mujer, incluso nunca se manifiesta como alguien con autonomía y tampoco a querido marcar una linea que establezca una diferencia entre ambos. 

En sus proyectos solo se limita a decir que son continuidad, no muestra nada nuevo ni distinto y se oferta como un instrumento que dará consecución de las ideas y proyectos ajenos. 

Si atendemos al significado de la expresión “Dependencia “podremos dar cuenta que encuadra totalmente para describir el papel que tendrá la Presidente Electa pues su actuar depende directamente de López Obrador para funcionar sin su participación o apoyo las cosas no le funcionarían ni en lo ya logrado ni en lo que piense realizar y para ejemplificar lo dicho vasta cuestionar si la hoy Presidente electa hubiera obtenido el triunfo como candidata de la oposición, la respuesta es no, si cualquiera de los dos candidatos de oposición hubieran sido postulados por AMLO evidentemente hoy estuvieran en el lugar de Claudia Sheinbaum. 

La relación entre el Presidente saliente y la Presidente entrante siempre será de subordinación de la segunda para con el primero, el rango jerárquico que ocupa López Obrador es innegable y bajo dicha premisa estará sometida a la autoridad y control debiendo seguir instrucciones o en su caso ordenes.    

Esperamos equivocarnos pero de pronto todo indica que tendremos una Presidenta que actuará bajo la sobra de quien es su mentor, promotor y mecenas.