La ceremonia de entrega en el Panatenaico de Atenas marca el inicio del viaje hacia los Juegos Olímpicos.
La llama olímpica concluyó su recorrido por Grecia con una ceremonia en el estadioPanatenaico de Atenas, donde fue entregada a Francia, país anfitrión de los Juegos Olímpicos de París 2024, a menos de 100 días para la ceremonia de apertura.
El acto, que escenificó el hermanamiento entre el pueblo griego y el francés, comenzó con los dos himnos nacionales, interpretados por la reconocida cantautora griega Nana Mouskouri, y el izado de banderas de los dos países.
El imponente estadio Panatenaico, situado en el corazón de Atenas, fue la sede, en 1896, de los primeros Juegos Olímpicos modernos.
La primera sorpresa en el estadio Panatenaico, el único en el mundo construido completamente de mármol, llegó con la entrada de Antigoni Drisbioti, campeona europea de marcha. La atleta, portando la llama olímpica, fue recibida con aplausos y vítores desde las gradas.
Drisbioti entregó la antorcha a la francesa Gabriela Papadakis, medalla de oro en patinaje en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022, quien por su parte la entregó a su compatriota Béatrice Hess, la deportista con más medallas paralímpicas en la historia de Francia (25 entre 1984 y 2004 en natación).
Al igual que en la ceremonia de encendido de la llama en la antigua Olimpia, en el acto de entrega también destacó el papel central de jóvenes sacerdotisas vestidas con trajes tradicionales.
Después de una danza que culminó con el encendido de la antorcha en el pebetero, se produjo la entrega formal de la llama sagrada a los representantes franceses.
Durante los últimos 11 días, la llama olímpica realizó un recorrido por Grecia que sirvió como un «recordatorio» de valores esenciales como la solidaridad y la paz, destacó Spyros Capralos, presidente del Comité Olímpico Griego, en su discurso.