“No sé si las películas de superhéroes son para mí. Realmente no me gustan”, dijo una vez Emily Blunt, dejando en claro que no está interesada en formar parte del Marvel Studios pese a que fue candidata para interpretar a la Viuda Negra en las películas de “Iron Man”.
La actriz británica, de 39 años, que saltó a la fama con “El diablo viste a la moda” –protagonizada por Anne Hathaway y Meryl Streep– prefiere participar en otros proyectos. Recientemente, se anunció que será parte de “Pain Hustlers”, un thriller que narra la historia de una mujer que lleva al éxito a una compañía farmacéutica y, de pronto, se encuentra en medio de una conspiración criminal. El filme para Netflix será dirigido por David Yates.
En 2018, Blunt protagonizó “El regreso de Mary Poppins”, reemplazando al personaje principal de Julie Andrews en el clásico de Disney de 1964. La actriz contó que sus propios hijos preferían la película original. “Vieron mi película una vez y eso pareció ser suficiente para ellos, mientras que la de Julie Andrews la vieron en bucle sin parar”.
Emily Blunt creció en Londres y pasó su infancia allí como parte de una gran familia. Es la segunda de los cuatro hijos de Joanna, una profesora y ex actriz, y Oliver Blunt, un abogado penalista. Su hermana mayor, Felicity, es agente literaria y esposa de Stanley Tucci, mientras que su hermana, Suzie, es veterinaria. Su hermano Sebastian siguió los pasos de Emily al convertirse en actor y aparecer en sus películas “Jungle Cruise” y “Edge of Tomorrow”.
No tenía planes de convertirse en actriz aunque su madre, Joanna, solía actuar profesionalmente. O quizás por eso mismo. “Creo que esa es parte de la razón por la que no era terriblemente ambiciosa, porque mi madre era brillante y tenía demasiados hijos, un esposo muy ocupado y no sabía cómo hacer malabares con todo”, explicó la actriz en una entrevista con la revista Harpers Bazaar. “Había visto dentro de mi propia familia que el negocio puede ser realmente cruel, entonces, ¿por qué querría hacer eso?”.
A la pequeña Emily le encantaba ver películas cuando era niña. Entre sus favoritas estaban “Indiana Jones”, “The African Queen” y “Tras la esmeralda perdida”. Dijo al diario The Guardian que aprendió a actuar al ver a su padre en la Corte. “Mi papá, como abogado defensor penal, está en un estado perpetuo de fingir. He estado allí cuando llega el veredicto, y es tan dramático e intenso. Una atmósfera que podrías cortar con un cuchillo”. Su caso más divertido, contó la actriz, fue defender a algunos de los ladrones del frustrado “robo más grande del mundo” en noviembre de 2000. Fueron arrestados por Scotland Yard cuando intentaban sustraer doce diamantes valorados en 507 millones de dólares de la gigantesca Cúpula del Milenio (Millennium Dome), donde estaban en exhibición. “Un ladrón de diamantes era un niño encantador por el que papá dijo que se sentía mal”.
El trastorno del habla
El entusiasmo por la actuación comenzó en parte como un esfuerzo por corregir un tartamudeo temprano. Cuando era niña, descubrió que estar sobre el escenario la ayudaba a mejorar su trastorno del habla. “Para mí la actuación fue una especie de invitación a hablar con fluidez por primera vez”, expresó la protagonista de “Un lugar en silencioso” en una charla con la revista People, y manifestó que si bien su tartamudeo no se curó por completo, si disminuyó. “Una vez que eres tartamudo, siempre serás tartamudo”.
En la gala benéfica del Instituto Americano del Tartamudeo, el cual busca recaudar fondos para ayudar a los niños que padecen esta dificultad a mejorar su capacidad de comunicarse, la actriz dijo que cree que es “importante” seguir “hablando abiertamente” sobre este trastorno ya que es “una discapacidad de la que la gente no sabe mucho”. “
“Los tartamudos no se sienten comprendidos. No es psicológico. No es que estés nervioso, no es que seas inseguro, no es que no sepas leer, no es que no sepas lo que quieres decir. Es biológico y a menudo es hereditario, no es tu culpa”, continuó la actriz, quien notó esta dificultad al hablar cuando tenía alrededor de 6 o 7 años. “Creo que es, muy a menudo, una discapacidad que a la gente la intimida porque provoca que se burlen de ella”.
“Tuve una resistencia deliberada porque no podía imaginarme haciendo un trabajo en el que tuvieras que hablar todo el tiempo. Pensé que quería ser lingüista, tal vez traductora para la ONU”, dijo Blunt. Hasta que un maestro de la actriz, el señor McHale, la animó a presentarse en la obra de teatro del colegio después de darse cuenta de que no tartamudeaba cuando se hacía pasar por otros. A los 12 años, descubrió que cuanto más se perdía en los personajes, menos cohibida se sentía y más disminuía su tartamudez.
Su dificultad para hablar fue una parte clave en el desarrollo de su personalidad y relación con los demás. “Aprendes una gran empatía y a observar a las personas muy de cerca, porque a menudo no puedes hablar. Así que observas todo”, dijo Blunt.
Emily contó que solía tartamudear más frente a familiares y amigos que cuando estaba con extraños. “Es bastante raro, tartamudeo menos con una persona que no conozco. Y luego, con mi familia o mi marido me cuesta más, es extraño”, explicaba. “Cuando era una niña y al principio de mi adolescencia no hablaba mucho porque no podía. Creo que lo único que no quería era hablar. Me sentía muy avergonzada”, aseguraba la intérprete británica en 2011, en diálogo con la revista Stella.
Un amor que termino mal y el fan enamorado
Emily tuvo su primer beso mientras jugaba a “girar la botella” durante su fiesta de cumpleaños. Más tarde en la vida, la actriz se enamoró de Michael Bublé. En ese momento, el cantante era una superestrella de la música mientras que Blunt era relativamente desconocida como actriz en Hollywood. La separación de Bublé y Blunt, ocurrida en 2008 después de tres años de relación, estuvo rodeada de rumores de infidelidad de parte de él.
Cuando en 2015 le preguntaron a la actriz si el canadiense había roto su corazón al serle infiel, Emily sólo contestó: “Es muy complicado. Nunca quiero hablar sobre ese tema”. Sin embargo, en esa entrevista con el conductor radial Howard Stern, sostuvo que aún ama a la familia de él y dio a entender que no le quedó un mal recuerdo de la relación.
Las declaraciones de la actriz inglesa hicieron eco en el cantante, que ya había hablado en el pasado de las versiones que lo señalaban como un hombre infiel. “No tuve cuidado con el corazón de las mujeres con las que salía. Pero el karma me devolvió la jugada”, había comentado en una entrevista. “La relación no terminó por una infidelidad. Terminó porque no éramos el uno para el otro, y ahora nuestra vidas son justo como deberían ser”, se defendió Bublé, que está casado con la actriz argentina Luisana Lopilato desde 2011.
Blunt llegó a Hollywood a los grande. En 2007, sorprendió con su icónico rol como la paranoica, calculadora y egocéntrica secretaria de Miranda Priestly, la fría reina del mundo de la moda que interpreta Meryl Streep en “El diablo viste a la moda”. Pero quizás el gran logro de la taquillera película fue acercar a Blunt al amor de su vida, John Krasinski.
Krasinski conoció a Blunt en un restaurante de Los Ángeles mientras cenaba con Justin Theroux, a quien “abandonó” para hablar con ella. Resulta que el actor era gran fanático de la película y estaba muy nervioso al conocerla, por lo que le costó mucho hablarle. Él simplemente se sentó ahí, sin siquiera tocar su plato, e hizo que Blunt se riera toda la noche.
“Fue un flechazo absoluto”, dijo la actriz inglesa, que nunca había visto “The Office”, en su versión norteamericana, donde trabajaba él. En cambio, Krasinski sabía mucho más de ella: la había visto en la exitosa película “El diablo se viste a la moda” unas “75 veces”. “Tengo suerte de que se quedara conmigo y no se diera cuenta de que se había casado con un acosador”, bromeó el actor y director en una entrevista con la revista Glamour en 2016 .
“Conocer a John realmente cambió mi vida”, dijo Blunt a la revista InStyle. “Cuando siento el apoyo que tengo de él, me siento invencible. Hay alguien detrás de ti en tus días buenos y alguien frente a ti en tus días malos”, agregó sobre Krasinski.
Los actores se casaron en una fiesta memorable celebrada a orillas del lago de Como hace una década. Aunque todo suena idílico, Blunt desveló lo único que pasó ese día de lo que todavía se arrepiente. “Tuve la feliz idea de ponerme un spray autobronceador y me equivoqué. Ahora miro las fotos de nuestra boda y mi piel tiene un matiz naranja antinatural que no es propio de una persona normal”, aseguró entre risa. “Además apestaba. Por no hablar de que hacía mucho calor y la combinación de llevar autobronceador, sudar y ponerte ropa blanca no es lo ideal. Fue terrible”, admitió.
Hoy son unas de las parejas más influyentes de Hollywood, protagonizaron la taquillera “A Quiet Place”, quue tuvo su secuela el año pasado, y son padres de dos adorables niños: Hazel y Violet. A lo largo de los años, Krasinski ha expresado que es el fan número uno de su esposa. “El aire cambia en la habitación cuando empieza a hacer lo que hace”, dijo. “A mí me encanta actuar y tengo mucha suerte de hacerlo, pero ella está a otro nivel”.
Casi mata a Tom Cruise
En la película de ciencia de ficción “Al filo del mañana” (”Edge of Tomorrow”), Emily Blunt y Tom Cruise compartieron varias escenas muy peligrosas. La propia actriz contó una anécdota que le sucedió junto al galán de Hollywood durante el rodaje en 2014.
Todo comenzó cuando Emily tuvo que conducir un automóvil en una de las escenas de la película. Todo iba bien hasta que, en la segunda toma le dijeron que tenía que ir un poco más rápido. La británica no lo dudó y pisó más el acelerador. El vehículo tomó demasiada velocidad y Cruise le pidió alarmado que parara. “Frena, frena, ¡frena ya!”, fueron las palabras del asustado actor. Pero, ¿cuál fue la respuesta de Emily? “Cuando lo escuché por primera vez no lo tomé en serio y pensé: ‘ah, cállate’”. Sin embargo, en el último momento se dio cuenta de que debería haber hecho caso a la recomendación del actor, ya que se estrellaron contra un árbol. Por suerte, todo quedó en un susto y ninguno de los actores resultó herido. Emily le pidió disculpas a su compañero por desoír sus consejos y ahora ambos recuerdan el accidente entre risas. “¡Casi mato a Tom Cruise!”, bromeó Blunt.
Después de conocer a Cruise, Blunt no ha tenido más que cosas buenas que decir sobre su coprotagonista. Pero hubo un momento en que la actriz expresó públicamente que no estaba muy interesada en compartir la pantalla grande con la estrella de cine.
“Nos reímos mucho. Eso es lo maravilloso de Tom: no se toma a sí mismo tan en serio y es muy modesto. No podría importarle menos lo que la gente piense de él, eso es bastante refrescante”, dijo la actriz cuando promocionaba la película. Pero quizás lo que la sorprendió más que trabajar con Cruise fue un comentario que hizo sobre el actor años antes. En una entrevista, un periodista de The Telegraph le recordó a Blunt que una vez le dijo que preferiría hacer teatro mal pagado toda su vida que trabajar con el actor.