
Autoridades de Ecatepec alertaron sobre una peligrosa modalidad de extorsión telefónica conocida como “llamadas cruzadas”, que puso en riesgo la integridad de menores de edad y ha derivado en intentos de extorsión millonarios a sus familias.
La técnica, que combina engaños, suplantación de identidad y presión psicológica, fue reportada en al menos 15 casos detectados durante la actual administración, de acuerdo con el director de Prevención del Delito, Edmundo Esquivel Fuentes.
En semanas anteriores, al menos dos menores de 10 años fueron víctimas de este esquema en distintas colonias del municipio.
“Estamos viendo cómo los delincuentes logran, a través del miedo, que los menores salgan de sus casas mientras los extorsionadores presionan a los padres con supuestos secuestros. Esta modalidad es especialmente cruel”, declaró Esquivel.
¿Cómo operan las llamadas cruzadas?
Los extorsionadores llaman a teléfonos fijos o celulares, muchas veces de los propios niños o de sus hogares, y fingen que uno de los padres ha sido secuestrado. Al mismo tiempo, contactan a los familiares adultos, generalmente al padre o madre, para exigir dinero a cambio de la “liberación” del menor.
Mientras tanto, los niños, bajo amenaza y sin supervisión, son convencidos de abandonar sus casas y dirigirse a puntos lejanos, en ocasiones cruzando colonias e incluso municipios, siguiendo indicaciones que reciben en tiempo real por teléfono.
Uno de los casos más alarmantes registrado por elementos de seguridad del Estado de México ocurrió el pasado sábado 5 de julio, cuando un niño de 10 años, habitante de la colonia Tierra Blanca, caminó más de 15 kilómetros bajo la lluvia hasta San Pedro Xalostoc, luego de recibir una llamada en la que le aseguraban que su madre había sido secuestrada. Su madre había salido unos minutos a la tienda.
Una mujer que lo encontró desorientado logró cortar la comunicación y contactó al padre del menor, quien en ese momento ya estaba recibiendo llamadas exigiéndole 300 mil pesos a cambio de su hijo. Un operativo de la Policía Municipal permitió el reencuentro seguro entre padre e hijo en una iglesia de la zona.
Menores manipulados con miedo y tecnología
Días antes, otro niño de 10 años, originario de Olímpica Jajalpa, fue convencido de salir de su casa y trasladarse hasta una gasolinera en la Ciudad de México.
Su padre recibió una llamada de extorsión en la que le exigían 50 mil pesos, mientras su hijo era monitoreado mediante una llamada activa. En ambos casos, la rápida intervención de la policía municipal evitó que los extorsionadores lograran su cometido.
En otro incidente reciente, un niño fue convencido de buscar objetos de valor para “rescatar a su madre”. El menor tomó un reloj sin batería y se dirigió hasta Santa María la Ribera, en la capital del país. A su padre le pedían 70 mil pesos por el supuesto rescate.
“Activan dos llamadas al mismo tiempo. Mientras a un menor lo hacen caminar, al otro lado de la línea amenazan con dañar a un familiar. Así mantienen control psicológico sobre ambos”, explicó Esquivel.
Redes sociales, videojuegos y teléfonos sin supervisión: puerta de entrada al engaño
Las autoridades señalan que los delincuentes obtienen información a través de redes sociales, videojuegos en línea o llamadas aleatorias. En muchos casos, los menores responden sin supervisión y comparten datos personales, lo que facilita el montaje del engaño.
“Si les vamos a dar a los menores una herramienta tan poderosa como un teléfono móvil, no podemos dejarlos al desamparo”, advirtió el director de Prevención del Delito. “Hay que fortalecer la confianza en casa y explicarles qué hacer ante estas situaciones”.
Los expertos recomiendan a padres y tutores:
- No permitir que menores respondan llamadas de números desconocidos.
- Enseñarles a colgar de inmediato y buscar a un adulto.
- Supervisar el uso de celulares, redes sociales y videojuegos.
- Activar filtros antispam y bloquear números sospechosos.
- Denunciar cualquier intento de extorsión al 089.
Investigación en curso
La Fiscalía General de Justicia del Estado de México ya abrió carpetas de investigación por esta modalidad delictiva y busca trazar patrones que lleven a la detención de los responsables. Hasta ahora, se han judicializado al menos tres casos y no se descarta la participación de células del crimen organizado.
“No se trata solo de una broma cruel. Es un delito que pone en peligro real la vida de los niños”, concluyó Esquivel.
Información de: Infobae