A Petróleos Mexicanos (PEMEX) no le fue nada bien bajo la administración de la 4t, al terminar el sexenio la empresa reporta perdidas por mas de miles de de millones de pesos, pese a los subsidios que el gobierno de AMLO entrego y que son producto de nuestros impuestos la empresa sigue hundida y en quiebra. 

Tan solo de apoyos del Gobierno federal recibió 2.1 billones de pesos es decir dos millones de millones, sin duda una cifra difícil de entender, comprender, dimensionar o escribir pero que a manera de explicar podríamos decir que alcanza para darle una casa propia con valor de 6 millones de pesos a cada uno de sus habitantes, incluyendo auto nuevo. 

Pagar la deuda que todos y cada uno de las entidades federativas pudiera tener para que nadie quedara a deber un solo centavo o hacer millonarios a todos los Mexicanos sin importar que edad tengan. 

Números increíbles y alarmantes que denotan opacidad, ineficacia, torpeza e incapacidad por parte de quienes nos gobiernan. 

El problema a efecto de hacerlo entendible es que cada minuto que pasa PEMEX pierde más dinero, la perdida acumulada en el Gobierno de Lopez obrador fue de 1200 millones de millones igual a 547,945,205 millones diarios, lo que significa 22,,831,050 millones por hora que son al final de cuentas $380,517.50 ( trescientos ochenta mil quinientos diez y siete pesos por minuto. 

A las perdidas ya existentes ahora se deben sumar las que acumulara la refinería de Dos Bocas pues con ella las perdidas irán an aumento al ser un proyecto inviable, sin plantación, sustento o finalidad financiera, ademas los 17 mil millones de pesos que se han invertido para la misma fueron utilizando créditos, financiamientos e impuestos que debieron ser destinados a otros propósitos y no a construir una refinería que solo servirá para acelerar la quiebra de PEMEX. 

Acorde a analistas financieros expertos en la materia petrolera la causa primaria de la crisis que hoy se enfrenta fue generada por la terquedad de López Obrador de cambiar los portafolios mercantiles de Pemex a la refinación en lugar de haber dedicado los esfuerzos a la exploración y producción que en los años anteriores fue lo que logro mantener a flote a la empresa. 

Claudia Sheinbaum tendrá ante si el peso de una vital decisión, cerrar y dejar de lado la refinería Dos Bocas pese al descontento que genere en su antecesor o seguir recortando presupuesto a los Estados, la Salud, la Seguridad y la educación, ello como primer camino y como el menos costoso, la otra subir todos los impuestos, recortar los apoyos sociales y dejar que se dispare el precio de la gasolina. 

Si toma la primera opción no pasa de tener que reconocer que su protector y promotor cometió un gran error, si opta por la segunda deberá sopesar el reproche popular al igual que el costo electoral que ello signifique.