DOMINGO DE LEYENDAS: LA VIUDA (General Terán N.L )

21 julio 2024
Visto: 273 veces

 

Cuenta la leyenda que hace muchos años, vivía en un el centro de General Terán, un ganadero acaudalado, que, a pesar de ello, era buena persona y se preocupaba por ayudar a la comunidad en la que vivía.

El ganadero contrajo nupcias a una edad avanzada para las costumbres de aquella época y lo hizo además con una muchacha guapísima y muy joven, por lo que las sospechas y habladurías no se hicieron esperar.

Sin embargo y a pesar de todo pronóstico, la feliz pareja vivía en armonía y con el tiempo nadie puso en tela de juicio el genuino amor que la mujer sentía por el hombre y viceversa. Todo parecía marchar de maravilla, salvo por un detalle: la pareja no tenía hijos y la presión de parte de las familias de ambos se sentía.

El señor trabajaba desde antes del amanecer y siempre terminaba después de que el sol se ocultaba, por lo que no tenía tiempo de pensar en muchas cosas, ni de pasar tanto tiempo en casa, salvo los domingos, además lo hacía para poder olvidar el tema de la descendencia pendiente.

La mujer por su parte, además de la casa, no tenía ningún otro trabajo o preocupación, asimismo en la casa contaba con una señora que le ayudaba con los quehaceres domésticos, por lo que disponía de mucho tiempo libre. Y bien dicen que “la ociosidad es la madre de todos los vicios”. Para esta mujer, que en el fondo era buena, fue su perdición, pues empezó a frecuenta la compañía de un hombre más joven que ella y aunque al principio trató de ser discreta, pronto su romance con el misterioso caballero era un secreto a voces.

Como nunca falta quien se alegre de la desgracia ajena, llegaron a oídos del acaudalado ganadero los rumores de que su esposa le era infiel. Él al principio no lo creyó, pero como luego dicen, “tanto golpea la gota a la piedra, hasta que la quiebra”. Los chismes lograron sembrarle la duda de que tal vez lo que decían era cierto y ¡vaya que lo era!

Un martes al mediodía decidió darse una vuelta por su casa, sólo por no dejar y cuál sería su sorpresa al encontrar a su esposa en compañía de otro hombre y para su pesar, ¡pariente de él! La esposa lo engañaba con un sobrino de él.

El dolor que sentía por partida triple (porque lo engañaba, porque era con un pariente y porque además era muchísimo más joven que él), lo cegó y entonces tomó una decisión que muchos juzgaron precipitada e injusta: se quitó la vida. Todo el pueblo le lloró y volcó su ira y coraje contra la viuda, quien después de las tres misas que se le ofrecen al alma del difunto, llevó a su amante a vivir a la casa que había compartido con su esposo.

Al no resistir tanta hostilidad por parte de las personas en el pueblo, la viuda y el sobrino del ganadero decidió huir hacia la frontera norte de México, pero el destino les tenía preparada otra cosa; la noche que huyeron había luna nueva y además llovía, el carro en el que viajaban fue arrastrado por una creciente repentina cuando cruzaba el vado, sin que nadie volviera a verlo, ni a sus ocupantes tampoco.

La gente dice que el accidente fue la venganza por parte del ganadero, quien al sentirse burlado y después de haberse quitado la vida, buscó la manera de hacerse justicia desde el más allá. Otros dicen que era el karma, que tanto la viuda como el amante se lo tenían bien merecido.

Lo que nadie se esperaba es lo que a continuación les comparto: cada martes a la media noche, se ve una figura espectral y toda de negro, dirigirse hacia la tumba del ganadero, se inca, reza un padre nuestro, pide perdón tres veces y sigue su camino hasta perderse entre las tumbas del camposanto. Todos dicen que es la viuda que sigue penando por el error que cometió.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *