San Antonio de las Cabras lleva su penitencia, el odio ha marcado a sus habitantes y es una manera de custodiar los tesoros a costa de los pocos habitantes de este ejido.
“Ya la poca gente que habita en esta ex hacienda prefiere no salir, la envidia y el coraje entre los pobladores ha llegado a extremos de agredirse hasta matarse, pero es el dinero maldito que está enterrado en la ex hacienda, es dinero custodiado por brujas y el diablo; en las noches nomás se escuchan las tropeladas de los caballos y se oyen por todas partes como monedas de oro que caen al suelo, mientras sobre los caballos se ve la figura de un hombre todo vestido de negro, pero sus ojos son de fuego rojo y de su boca salen blasfemias”.
Lo anterior es parte de las leyendas en la ex hacienda San Antonio de las Cabras, en el municipio de General Cepeda, Coahuila, ubicada entre una hondonada donde se asegura que hay brujas que custodian los tesoros enterrados, pero al excavar solo sale carbón.
Era una hacienda que pertenecía a los fundadores de esta región, después pasó a revolucionarios que tomaron este sitio para acampar. Fueron distintas las personas que la ocuparon, pero todos buscaban el oro, las monedas enterradas entre los patios y la casona grande.