La actitud tomada por Cecilia Guadiana puede ser a la vista de muchos algo natural, salir a denostar a su compañero de formula reafirmando lo que todos saben es una reacción que puede ser vista como humana, en el fondo no miente y solo expone la verdad, Luis Fernando esta entregado, pacto su derrota y negocio muchas cosas para pagar seguramente las viejas deudas contraídas al paso de vida política.
Claro que todo aquel que le entienda sabe que juega a perder y solo le importa un segundo lugar, ya le pagaron por ello, el detalle que otros observan es que la posición tomada por la candidata Cecilia Guadiana es un despropósito, ella podría haber tomado un papel distinto y presentarse como alguien a quien le importa Morena, su futuro y por sobre todo Claudia Sheinbaum.
Es claro que no tiene quién le asesore, si hubiera realizado una rueda de prensa y en la misma manifestar que Morena, la candidata presidencial y el proyecto de AMLO se encuentra por encima de intereses personales pasaría de víctima a ser héroe.
Un discurso en donde diera valor a ser mujer, que reafirmara que seguiría trabajando igual o incluso que redoblaría todos sus esfuerzos para ganar el Senado le hubiera generado una excelente percepción publica, no solo entre el electorado sino por igual en las cúpulas de Morena y en los afectos de quien es su candidata a la Presidencia.
En política nada es casualidad, la relación que Luis Fernando mantiene con Mario Delgado es profunda y traspasa el lado político.
Morena posee en Coahuila un voto duro o natural, porcentaje próximo al 32% de la votación, su división interna le puede afectar al menos en una disminución de 10 puntos lo cual significaría un golpe contundente.
Dicen que la primer regla para todo quien ingrese en el medio es aprender a comer popó sin hacer gestos.