Alito se salvó por un pelito

Las elecciones en Durango dieron un respiro al liderazgo de Alejandro Moreno en el PRI, como si alguien le hubiera lanzado una cuerda para frenar su caída. Pero cuidado, porque al mirar de cerca, las cifras pueden revelar otra historia.

Alito acumulaba varios reveses electorales. Entre los dirigentes, era el más obligado a entregar resultados. No descansó hasta reelegirse —pese a los cuestionamientos—, y varios en su partido se preguntaban cuándo pondría ese mismo empeño en ganar elecciones. 

Lo cierto es que, bajo su mando, el PRI ha sido el partido que más votos y posiciones ha perdido en los últimos años. Además, se dio el lujo de marginar a pesos pesados, como Manlio Fabio Beltrones, provocando tensiones internas. 

Estas situaciones aumentaron la presión sobre la dirigencia nacional, que necesitaba un alivio antes de iniciar el calendario electoral de 2027.

Algunos pensarán que Durango fue una providencia para el campechano. Pero en política, tal cosa no existe. En realidad, algo más terrenal logró mantenerlo en pie. El priismo duranguense, encabezado por el gobernador Esteban Villegas, y la alianza con el PAN tuvieron, sin duda, mucho que ver.

Recordemos que el PRI se afianzó como la primera fuerza electoral en Durango, y su aporte en votos fue decisivo para que la alianza ganara la capital, considerada la joya de la corona. Entre PRI y PAN se llevaron 20 de 39 municipios.

Otro dato interesante es que el PRI ganó los cinco ayuntamientos en los que compitió solo, sin coalición.

Este resultado se antojaba difícil, considerando que Morena se lanzó con todo e hizo un gran despliegue operativo, respaldado por su dirigencia nacional. A esto habría que sumar el sorpresivo crecimiento de Movimiento Ciudadano en las localidades más pobladas.

Ahora bien, la cuerda que el PRI de Durango lanzó en rescate de Alejandro Moreno es delgada, casi como un cabello. El triunfo tricolor no fue tan espectacular como se presume y dejó cifras que deberían hacer reflexionar a su dirigencia. 

Para empezar, si el PRI hubiera competido solo en la capital, Movimiento Ciudadano habría ganado. De ahí que la alianza PRI-PAN parezca inevitable en algunas regiones del país.

Además, la diferencia con Morena —segunda fuerza electoral— fue mínima: poco más del 1% de los votos. En comparación con las elecciones municipales de 2022, el PRI perdió más de 50 mil sufragios. La mayoría en Gómez Palacio donde, aun en coalición, terminó en el tercer lugar. Aunque, en este caso, jugó en contra el bajo perfil del candidato. 

La historia no fue tan distinta en Veracruz. Es cierto que en 2025 el PRI sumó cerca de 50 mil votos más que en los comicios municipales anteriores; sin embargo, gobernará prácticamente el mismo número de municipios.

El crecimiento del PRI fue bastante modesto frente al PT, que triplicó su votación, y Movimiento Ciudadano, que duplicó la suya.

Pero, como suele decirse, triunfo es triunfo, aunque sea por un voto. Ese pelito que sostuvo al PRI debe de estar hecho de un material muy resistente, porque al parecer sostendrá a Alito al menos hasta después de las elecciones de 2027.