
Ni hablar, a revisar la competitividad
Estos días son para hablar de economía. Volver una y otra vez sobre lo mismo: empleo, competitividad y crecimiento. Aunque resulte abrumador, no hay opción.
Como dije en otra ocasión, no se trata de provocar polémica o causar pánico, sino de llamar a la reflexión. Es innegable que el deterioro de algunos indicadores económicos ya debería preocupar a las autoridades.
Hay trabajo por hacer. ¿Hay cosas que puedan hacer los gobiernos estatales y municipales para mejorar su competitividad, crear empleos y empujar el crecimiento?
La respuesta es muchas, pero no todas. La escasez de recursos limita cada vez más los márgenes de los gobiernos locales.
Frente a todo, se puede empezar revisando el Índice de Competitividad Estatal 2025 (ICE), que acaba de publicar el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Ahí están las coordenadas para saber en qué lugar están parados y hacia dónde dirigirse en un escenario global y competitivo.
Al final del día, la competitividad no es un indicador más, es clave para el desarrollo. Un estado competitivo atrae y retiene inversiones. Eso significa más empleos y crecimiento.
En un estado industrial y exportador, como Coahuila, la competitividad es aún más importante. La seguridad, infraestructura, crecimiento y calidad de vida son lo primero que examinan los inversionistas antes de decidir dónde instalarse. Si quieres atraer inversiones, sé competitivo.
Se dice —y con razón— que un gobierno estatal que sabe gestionar inversiones y promover el empleo lleva las de ganar. Eso sí, sin descuidar la seguridad, que no solo es una demanda ciudadana, sino también un factor crucial para la competitividad.
En 2025, sin embargo, a juzgar por el ICE, Coahuila enfrenta desafíos que no se presentaban desde hace al menos cinco años.
Durante ese tiempo, el estado se mantuvo entre el tercer y cuarto lugar nacional. En esa posición, la tarea consistía en permanecer dentro del segmento de alta competitividad. Pero hoy, tras bajar al séptimo lugar, las exigencias cambian: se ocupa redoblar esfuerzos y realizar ajustes para regresar al grupo privilegiado.
No es lo mismo pararse frente a los inversionistas con una gráfica que ubica a Coahuila en el tercer lugar y decir “trabajamos para llegar al primero”, que explicar por qué el estado bajó cuatro posiciones en un año.
Dentro de todo, hay una variable del ICE que sigue jugando a favor de Coahuila: la seguridad. El estado conserva el primer lugar nacional en el subíndice Derecho, con uno de los porcentajes más altos de población que se siente segura.
Un entorno de paz es algo que los inversionistas valoran cada vez más. Y en ese terreno, Coahuila no tiene competencia. No es casualidad que el gobernador Manolo Jiménez Salinas haya destacado la seguridad como pilar de la competitividad al firmar el Pacto Laboral Coahuila 2025.
Pero, como en todo, y más en economía, los problemas tienen varias aristas. El ICE, por ejemplo, se compone de seis factores y 56 variables. La percepción de seguridad es solo una de ellas.
Para mejorar su posición en el ranking, Coahuila tiene que ir directo a las variables más rezagadas. El IMCO sugiere revisar tres frentes: economía e innovación, infraestructura y las acciones de gobierno para incidir en la competitividad.
Esto se logra escuchando los datos. Revisar informes, comprender las cifras. En pocas palabras: hablar de economía.