El gigante enterrado
El género de la fantasía tiene la capacidad de expandir nuestra imaginación hasta incluso desafiar la realidad, como bien dijo el propio Neil Gaiman: “La fantasía es una herramienta del narrador. Es una manera de hablar de cosas que no son, ni pueden ser, literalmente verdad; una forma de concretar nuestras metáforas que adquiere tintes de mito en una dirección y de alegoría en otra”.
Incluso hay que decir que, más allá del trascendente legado de Tolkien, existe cierto tipo de fantasía que sin utilizar los arquetipos inherentes del héroe emplea el género para intentar responder sobre las preguntas trascendentes de la vida. Como sucede con el famoso escritor japonés, Kazuo Ishiguro, galardonado con el Nobel de Literatura en 2017 y entre cuyas características literarias observamos la amplia diversidad de géneros en su escritura, pues ha publicado desde drama histórico, ciencia ficción y fantasía, tal y como quedó demostrado con su obra “El gigante enterrado” (2016), publicado por editorial Anagrama Barcelona y que versa sobre la mítica Inglaterra del Rey Arturo.
La historia comienza en una aldea rodeada de extraña niebla donde una pareja de ancianos llamados Axl y Beatrice padecen de una pérdida constante de memoria, y lo único que suelen recordar es que tienen un hijo en un pueblo cercano por lo que ambos deciden salir a buscarlo. En su travesía se encuentran desde un barquero que cuestiona su vínculo afectivo y el último caballero de la mesa redonda Sir Gawain quien los acompañará en su travesía, hasta monjes con métodos poco ortodoxos para expiar culpas, un desfile de ogros, duendes y una dragona, siendo que durante cada encuentro irán descifrando ciertos hechos relacionados con el motivo por el cual perdieron sus recuerdos.
Ishiguro utiliza el viaje como eje central en la narración, pero a diferencia de lo habitual en las epopeyas clásicas del género, no relata gestas heroicas, sino el mensaje de una lucha constante de sentimientos, recuerdos y vivencias tan humanas como improbables que hacen posible hermanar la realidad con el género. Una lectura totalmente recomendable.
Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.