Café Negro. Por: Arturo Nájera

20 octubre 2021
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La Contrarreforma Eléctrica .  Como los cangrejos, Pa´tras

Recordemos que las empresas Pemex y CFE son desde 1938 y 1960 propiedad de la nación y ha sido responsabilidad de nuestro gobierno su administración y su funcionamiento, lo cual ha sido desastroso y las tiene en la quiebra y fuertemente  endeudadas. Desde el año 2000 se sabía esto y la falta de  recursos para enfrentar la modernización de las mismas, reconociendo la necesidad de inversión privada y cambiar la forma de operar, eliminar el despilfarro y  la  corrupción, obligándolas a competir.

Desafortunadamente,  la reforma se dio, pero con vicios de otorgar concesiones a grupos políticos disfrazados de empresarios en contratos que concedían privilegios especiales y hasta se comenta que varios prominentes diputados y senadores fueron sobornados  para avalar dichas concesiones.

Sin  embargo, verdaderos inversionistas privados, nacionales y  extranjeros le entraron al sector energético promoviendo también proyectos de energías alternativas y ofreciendo bajos costos  de energía al sector industrial, comercial y residencial. Con ello vuelven a estos sectores más eficientes. Claro, apoyados en parte, de la infraestructura de distribución ya creada. El portavoz de ellos habla de que están comprometidos 45 mil millones de dólares en ello, a la vez que dentro del nuevo tratado de libre comercio se encuentran cláusulas que involucran un mercado energético más libre y competitivo. Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Chihuahua, Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí, Baja California serían los más afectados si se aprueba esta Contrarreforma, dado su enfoque exportador y su dependencia de energía al mejor precio.

Esta Contrarreforma propuesta por el ejecutivo federal, está apoyada solo en el hecho de dar marcha atrás a los contratos y concesiones otorgadas ventajosamente y que indican a todas luces corrupción, lo cual es importante corregir y castigar a los culpables. Pero olvida lo fundamental,  la necesidad urgente de modernizar a estas empresas con dinero fresco permitiendo que más inversiones lleguen y se de una competencia que beneficie a los mercados y a las empresas. No se necesita más control del gobierno. No podemos ir en contra de la globalización, dándole fuerza al monopolio de la energía por parte del estado y menos ponernos a las patadas con nuestro principal socio comercial.

Para los políticos y sus partidos será la verdadera prueba de fuego  ver como votan. Si por sus intereses partidarios y acuerdos en “lo  oscurito” en la asignación del presupuesto, o por el interés real de beneficiar la economía y la creación de empleos en sus estados. No olviden que esto es clave al considerar que estamos tratando de salir de una pandemia que nos paralizo 18 meses.

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