Café Negro Por: Arturo Nájera

14 octubre 2021
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EL QUE NO CONOCE LA HISTORIA, ESTA CONDENADO A REPETIRLA.

EL QUE TROPIEZA CON LA MISMA PIEDRA……

Así podemos describir, la intención del gobierno Federal en su renovado afán  de ESTATIZAR nuevamente los sectores económicos claves del país, bajo el pretexto idealista y trillado, “De regresar al pueblo lo que es del pueblo”.

Sin afán de ser alarmista, la famosa Contrarreforma energética representa regresar a los viejos tiempos de empresas paraestatales manejadas por gente inepta, muy cercana al poder presidencial, que lo único que han hecho es robar y tomar decisiones que literalmente tienen en la quiebra a PEMEX Y a CFE.  A  crear sindicatos charros ,con líderes corruptos que han llevado a la pobreza a millones de Mexicanos y que ahora con el pretexto de detener la corrupción y los contratos “leoninos”, tratan de regresar a esos viejos vicios.

Dos verdades históricas nos llevan a concluir lo peligroso y funesto de las intenciones de AMLO:

La primera es que el gobierno en sus 3 niveles es el peor administrador de empresas que hay y el mejor ejemplo  son los monopolios naturales como la energía.. Muestra basta uno o varios  “botónes”. Se pone en puestos claves a gente asociada a las peores prácticas políticas y no a los verdaderos especialistas en la materia con visión modernizadora y futurista. Esto resulta clave cuando el mundo apuesta por un enfoque globalizador y de energías renovables y nosotros vamos de reversa.  Si esto sigue adelante, sería volver a repetir el desastre que implico esto, hace  60 años, y de lo cual son testigos nuestros padres y abuelos y los millones de pobres que han visto como la gasolina, el gas, la luz y el agua han desaparecido sus ingresos, al tener precios altísimos.

La segunda gran verdad es que estos políticos de los partidos que han estado en el poder, no ven estas empresas como la oportunidad de modernizar a México, sino como el poder necesario para controlar el país y continuar manteniendo sus privilegios. El resultado de ello es que no se ha invertido en los proyectos vanguardistas y si en proyectos anacrónicos, usando estas empresas para sus fines políticos. El resultado es la descapitalización de las mismas y su quiebra por ende.

Contrario a lo que dice el presidente, la libre competencia es la que nos garantizara mejores precios de los energéticos y no empresas estatizadas llenas de vicios, manejadas por viejos políticos que  han superado a Maquiavelo, en un entorno de burocracia extremo.

Claro que hay que luchar contra la corrupción, pero no con asignaciones directas de los proyectos más importantes y claves para el país. Ni haciendo acuerdos,” en lo oscurito”, con los pocos políticos corruptos que se han capturado., sino motivando la competencia entre nacionales y extranjeros que nos den y garanticen los mejores términos para la nación, sobre todo en un entorno global donde tenemos que competir y ser más eficientes.

Durante 80 años sabemos que esas políticas estatistas y populista nos han llevado a tener un pueblo pobre con baja educación. La corrupción se tiene que combatir y castigar en forma directa y pareja, no solo contra los críticos del gobierno. No se puede tomar como bandera principal para definir el futuro de un país repitiendo los errores del pasado.

Nos urgen nuevos políticos sin estos vicios, que conozcan esta historia y no tropiecen con la misma piedra nuevamente. Por lo pronto, exigimos de nuestros diputados federales en el  congreso,  echar abajo esta contrarreforma.

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