AVISO DE CURVA Rubén Olvera Marines

30 abril 2021
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Cuando Coahuila rebasó por la derecha a la Ciudad de México

En un hecho inédito y plagado de matices políticos, en 2020 el estado de Coahuila logró desbancar a la Ciudad de México del segundo lugar nacional en uno de los indicadores de desarrollo que en la última década ha sido un estandarte de la izquierda en México: el Índice de Rezago Social (IRS).

En efecto, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL) publicó recientemente los resultados en la medición del IRS, correspondiente al período 2015-2020. Lo más interesante del ranking nacional es que, después de veinte años en los que se mide el rezago social en México, mismos en los que Nuevo León y la Ciudad de México se adueñaron, sin competencia alguna, del primero y segundo lugar, respectivamente, como las entidades con menores carencias sociales, en 2020 Coahuila mejora las condiciones sociales de su población al grado de superar la segunda posición que hasta 2015 mantenía la metrópoli capitalina que durante más de dos décadas ha sido gobernada por la izquierda y que, por tal motivo, cabría esperarse una política social más agresiva y con mayores inversiones para abatir el rezago.

Otro aspecto que llama la atención es que, en 2020, a consecuencia de la pandemia, a nivel nacional y en la mayoría de los estados, varios de los componentes del ISR se vinieron abajo o simplemente se estancaron, particularmente aquellos que miden el acceso a los servicios educativos y de salud. Razón por la cual, de las tres entidades con el menor rezago social, solamente Coahuila mejoró su ISR en el período de análisis, al pasar de -1.064 en 2015 a -1.148 en 2020.

En cambio, el estado de Nuevo León, si bien mantiene el primer lugar nacional como la entidad con el menor rezago social, tuvo un considerable descenso; su ISR bajo de -1.360 en 2015 a -1.225 en 2020.

Lo mismo sucedió a la Ciudad de México que sufrió con gran intensidad los efectos de la pandemia, reflejándose en un incremento de niños en edad escolar que no asisten a la escuela,  un crecimiento del porcentaje de personas sin acceso a los servicios médicos e incluso un aumento en el número de viviendas con piso de tierra.

La capital de la República, epicentro de los gobiernos de izquierda, vio como en cinco años su IRS se desplomó, al pasar de -1.313 en 2015 a -1.115 en 2020.

Según las estimaciones del CONEVAL, la caída en el IRS de la Ciudad de México reveló que, al menos durante los últimos cinco años, la política social no tiene que ser tan ruidosa o estrambótica para ser efectiva.

Como ejemplo tenemos el caso de Coahuila, estado con una marcada vocación industrial y gobernada por un partido que tiende al centro del espectro ideológico, cuya política social además de sustentarse en los instrumentos para promover la educación, salud y el desarrollo urbano, se apalanca también en la generación de empleos y en el desarrollo productivo regional, logró rebasar por la “derecha” al estado más izquierdista del país; y lo hizo en el sendero conocido y transitado por los gobiernos identificados con el progresismo: la atención de las carencias sociales de la población vulnerable.

El Índice de Rezago Social no mide la pobreza, sin embargo, gracias a sus distintas dimensiones, relacionadas con el acceso a la salud y la educación y las condiciones de las viviendas, sí representa un indicador para estimar la efectividad de la política pública dirigida a promover el desarrollo social.

Bajo esta consideración, el estado de Coahuila presume extraordinarios resultados en la mayoría de los componentes del IRS de 2020. Por ejemplo, mientras que a nivel nacional el porcentaje de viviendas con piso de tierra fue de 3.5, en Coahuila es de apenas el 0.8. Asimismo, el rezago educativo (porcentaje de población de 15 años o más analfabeta) en México fue del 4.7, y en la entidad del 1.7. Lo mismo sucede con el resto de los indicadores.

Es un hecho que Coahuila ha venido abatiendo el rezago social en los últimos años, lo que le ha permitido converger aceleradamente hacia estados con mayores capacidades financieras para invertir en infraestructura social. Un menor rezago ha tenido un beneficio en la productividad y calidad de vida de la población, a diferencia de la tendencia en el resto de país debido a la pandemia.

Por ello, para asegurar que el estado continúe abatiendo los rezagos sociales y la marginación, sobre todo en aquellos municipios señalados por el CONEVAL como susceptibles de la intervención pública, entre ellos General Cepeda, Ocampo y Viesca, valdría la pena que el Gobierno del Estado realice un análisis detallado de los componentes de la política social que mejores resultados han dado, lo mismo que un diagnóstico de campo para detectar las necesidades del medio rural y suburbano.

Un mayor esfuerzo, focalizado en ciertas áreas y municipios, le permitiría a Coahuila subir otro escalón, y tal vez, en 2025, podamos identificarla como la entidad con el Índice de Rezago Social más bajo del país.

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