Mientras la venta de autos nuevos continúa decreciendo el mercado de unidades usadas se satura, por cualquier calle que uno transite se pueden observar algún vehículo en venta, el numero de lotes de autos  usados aumenta y mientras eso pasa los valores se deprecian, la necesidad de desplazar sumado al exceso de oferta genera una acción de mercado lógica que obliga a vender más barato o inventar modismos que pongan un plus a los autos viejos, es común observar como los ofrecen anteponiendo auto clásico, auto de colección o solo para conocedores.

La realidad es que no todos los carros viejos son coleccionables ni tampoco todos los que buscan un auto con muchos años son coleccionistas, mientras en los Estados unidos los vehículos de los 90s son vendidos por menos de $500 dólares en México existe una falsa ilusión de que los mismos tienen valores extras por ser coleccionables, las camionetas viejas en el vecino país del norte son vendidas como chatarra, ello ante la gran facilidad de adquirir una unidad nueva, en México esto tendrá que suceder o las ventas terminaran en sus niveles más bajos de la historia, en los Estados Unidos para adquirir una camioneta de último modelo piden enganches inferiores a los mil dólares incluso sin enganche, en México todas las promociones son engañosas y los requisitos para lograr un crédito resultan casi imposibles de sortear, el buró de crédito se ha convertido en el peor enemigo de las agencias o lotes de autos.

Tan solo en Saltillo el número de lotes de autos usados podría superar los 300, número muy semejantes a las tiendas de conveniencia conocidas como Seven, el mercado de autos usados está totalmente saturado y los altos costos por impuestos impiden que la gente quiera venderlos a su valor real pues con el acumulado de los años es más la carga financiera generada por dicho concepto que el precio mismo de las unidades.