ALGO QUE VALE LA PENA LEER Por Alberto Boardman

29 julio 2022
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Las gemelas de Auschwitz

La creencia de que existen razas superiores en la humanidad fue parte de la propaganda del nacionalsocialismo y para comprobar dicha hipótesis, científicos germanos estudiaron “anormalidades” y mutaciones genéticas de personas con discapacidad o atributos especiales. Dado el desafortunado trato y tortura al que estas víctimas fueron sometidas durante la Segunda Guerra Mundial, pocos testimonios quedaron registrados sobre estos estudios, que en su mayoría fueron dirigidos por el desalmado doctor Josef Mengele, conocido también como “El ángel de la muerte”, mismo que consideraba que los gemelos ofrecían la mejor oportunidad para estudiar la evolución de tratamientos médicos, reacciones a virus o enfermedades en cuerpos bastante parecidos.

Durante los últimos años, las novelas históricas relacionadas con este cruel periodo de la historia han inundado las librerías, y este 2022 no ha sido la excepción, pues se une a la lista de recomendaciones de lectura un testimonio que relata las memorias de dos gemelas supervivientes de los experimentos realizados por Mengele y descritos en “Las gemelas de Auschwitz”, publicado por Editorial Aguilar.

Eva y Miriam Mozes nacieron en 1934 en Portz, Rumania. Víctimas del antisemitismo huyeron junto a su familia rumbo a Transilvania, sin embargo, en 1944 los Mozes serían deportados y enviados a Auschwitz, donde el destino de casi todos fue el exterminio mediante las cámaras de gas, con excepción de las gemelas, quienes debido a su condición “especial” tendrían un trato diferente, siendo confinadas a un laboratorio para experimentación. La obra relata desde las primeras impresiones del doctor Mengele; su relación con el personal del gueto, las descripciones de los análisis a los que fueron sometidas, así como un inesperado desenlace gracias al rescate por parte de las fuerzas aliadas.

Sin duda, una lectura desafiante que pone de manifiesto el lado oscuro y despiadado sobre la búsqueda del conocimiento sin el más mínimo respeto a los derechos humanos, y que ratifica la consigna que advertía el escritor francés Francois Rabelais: “La ciencia sin conciencia, es la ruina del alma”.

Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.

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