No dejes que un problema sexual acabe con tu relación

16 febrero 2015
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Por pena o por restarle importancia muchas personas que sufren problemas sexuales, como disfunción eréctil o anorgasmia, no buscan ayuda profesional.

Uno de los principales problemas que enfrentan las parejas en su relación deriva de alguna disfunción sexual, es decir, cuando tienen problemas en sus respuestas sexuales, ya sea el deseo, la excitación o el orgasmo.

La incapacidad para mantener una erección en los hombres y la inhibición del orgasmo en las mujeres son las principales disfunciones que llevan a las personas a buscar ayuda profesional; sin embargo, por pena o por restarle importancia, aún son pocos los que acuden a terapia.

«Las parejas acuden a terapia cuando la dificultad que enfrentan ya interfiere en su bienestar creando serios conflictos entre ellos, cuando la comunicación de pareja se ha perdido», reveló la psicoterapeuta por la UNAM Julieta Koch.

Explicó que la terapia sexual es una de las opciones que ayuda a las personas a nombrar y enfrentar problemas de esa índole, como son la eyaculación precoz, la dispareunia, que es el dolor asociado al intento o penetración vaginal; o si han sufrido abuso sexual, presentan conflictos relacionados con la identidad de género o con su orientación sexual.

«Cuando aparece el problema y no se abre, como si de esta manera fuera a desaparecer, lo que sucede es que se va haciendo cada vez más frecuente hasta que es imposible ignorarlo. El no hablar los problemas crea resentimiento y enojo en las parejas que en ocasiones se traduce como agresión pasiva», explicó la doctora Koch sobre el trabajo que se realiza en terapia.

De las personas que acuden a tomar psicoterapia sexual, 80 por ciento son hombres y 20 por ciento son mujeres, de acuerdo con la Asociación Mexicana para la Salud Sexual (Amssac) que brinda atención a personas con problemáticas sexuales, además de realizar investigación clínica y educativa en sexología.

Sofía es parte de ese porcentaje de mujeres que asiste a terapia porque no había experimentado un orgasmo en cinco años de mantener una vida sexual activa con varias parejas.

«Mi vida sexual comenzó a los 20 y después de cinco años no había experimentado un orgasmo. Al principio creí que era culpa de mis parejas, que ellos no sabían cómo satisfacer a una mujer, pero después me di cuenta que no podía echarle la culpa a ellos de todo, que yo también tenía la culpa porque no conocía ni mi propio cuerpo o mis gustos sexuales», comentó la joven de 25 años.

Afirma que la terapia la ayudó a disfrutar de su cuerpo, pues antes sentía pena cuanto tenía sexo y sólo se permitía hacerlo con la luz apagada y eso estaba afectando su relación, pues los encuentros sexuales con su pareja eran cada vez menos.

«Antes no podía ver a mi pareja a los ojos cuando teníamos sexo o quería hacerlo solo con la luz apagada. Yo lo quería controlar todo, hasta en ese momento; quería controlar mis movimientos, mis gemidos, mis reacciones faciales. Y él se daba cuenta que no disfrutaba del todo», comentó.

Uno de los procesos que aprendió en terapia fue a expresar lo que sentía y pedir lo que quería, perder la pena a base de dinámicas que la ayudaron a exteriorizar sus temores, como llevar un diario o proponer hacer cosas nuevas a su pareja.

«Ahora no puedo dejar de ver su cara, disfrutas los gemidos, las caricias, los sabores. Ahora puedo tomar la iniciativa, puedo decirle a mi pareja lo que me gusta y cómo me gusta. El día en que me di permiso y me olvidé de que no me había depilado las piernas o de que mi ropa interior no combinaba o esas cosas por las que me preocupaba, pude disfrutar realmente. Tuve un orgasmo», afirmó con una sonrisa en el rostro.

La doctora Koch dijo que en estos casos, la terapia enseña a los miembros de la pareja a disfrutar del deseo sexual.

«En caso de que aparezca alguna situación que impida a alguno de los miembros disfrutar plenamente se implementan técnicas que permitan cambiar ese efecto negativo. Se dan ciertos ejercicios o tareas que los miembros de la pareja deben llevar a cabo tanto de forma individual como de manera conjunta para lograr los objetivos deseados», explicó.

En cuanto a las parejas que toman terapia, la doctora Koch precisó que entre los principales conflictos por los que solicitan ayuda profesional están la infidelidad y la falta del deseo sexual o disritmia.

«Las infidelidades se dan con mayor frecuencia en los hombres debido a que se sienten más ‘hombres’ en la medida en la que tienen una mayor actividad sexual. La disritmia en el deseo sexual se da en la pareja debido a que generalmente el hombre tiene un mayor deseo sexual y demanda mayor frecuencia en las relaciones sexuales en tanto que la mujer presenta un menor deseo sexual.

«La comunicación es un aspecto importante que muchas veces las parejas que llegan a terapia han perdido», afirmó, por lo cual recomienda cuidar la comunicación, así como aprender a negociar.

«La negociación es también muy importante en la relación de pareja y esta se debe llevar a cabo de tal forma que siempre exista un «ganar-ganar» para que ambos miembros queden satisfechos y no boicoteen la relación», concluye Koch.

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