Más tardó en convertirse en madre que en homicida de su bebé; lo dejó morir en su cuna

12 febrero 2015
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resized_mujer-detenidaCiudad de México.- Durante tres días los vecinos de la calle Manuel Capetillo, en la colonia San Miguel Teotongo, en la delegación Iztapalapa, escucharon el llanto de un bebé, pero ninguno de ellos sospechó que el pequeñito estaba solo, sin alguien que lo alimentara y cuidara.

El primer día el bebé lloró varias horas, el segundo únicamente lo hizo a ratos. Para el tercero prácticamente ya no lo escucharon. Durante esas 72 horas, su madre, Leonor Valle, de 20 años, dejó a su suerte a su hijo de tan sólo siete meses de edad. Cuando regresó a la casa que rentaba en la manzana 49, lote 8, encontró al niño en la misma cuna donde lo abandonó, pero ya muerto.

Sin signos vitales y con la ayuda de su pareja sentimental, la desnaturalizada madre lo llevó a un médico particular. Aunque inventó que el bebé, quien aún no había sido registrado, dejó de respirar mientras dormía, el médico que revisó el cuerpo del menor detectó que además de las evidentes señales de deshidratación, tenía huellas de golpes, por lo que dio aviso a las autoridades.

Los peritos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) que revisaron el cadáver confirmaron que el bebé presentaba el síndrome del niño maltratado e iniciaron la investigación correspondiente para esclarecer su muerte, que ocurrió a finales de enero pasado.

Leonor Valle fue interrogada por los agentes ministeriales –en calidad de testigo– y en su primera declaración mintió. Reiteró que el niño había sufrido la muerte de cuna. Sin embargo, al caer en contradicciones aceptó que lo había abandonado para irse con su pareja, Luis Jhosemer Romero.

Los Elementos de la Policía de Investigación no daban crédito a lo que escuchaban. Les parecía increíble que la mujer hubiera dejado solo al bebé, encerrado en una casa. “Más tardó en convertirse en madre que en homicida de su propio hijo”, dijo uno de los agentes que llevó el caso.

Aunque la mujer inventó diversas historias y dijo todo tipo de pretextos para justificar el no haber regresado a tiempo para salvar la vida del niño, ninguno fue lo suficientemente creíble.

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