DOMINGO DE LEYENDA: LAS MONJAS QUE QUEDARON ENTERRDAS, EN EL PASAJE DURANGO

17 octubre 2021
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La señora María Luisa González Castro, platica que corrían los años finales de la revolución mexicana y llegaban los revolucionarios a Pasaje Durango. En esta misma época, por los conflictos en el país, un grupo de monjas se había refugiado en la iglesia de Pasaje; las monjas le temían a los revolucionarios porque saqueaban y abusaban de ellas o les hacían daño.

Se dice que en los poblados de Cuencamé y Pasaje existía un túnel subterráneo y ellas lo utilizaban para esconderse cuando había enfrentamientos o llegaban los revolucionarios. Ahí en el túnel de Pasaje, ellas tenían sus dormitorios y de día salían a realizar sus labores cotidianas, después, cuando se estaba haciendo de noche, se metían al túnel a dormir y no salían hasta el día siguiente.

Un día llegaron los revolucionarios a Pasaje y cuando ellas se dieron cuenta, ellas inmediatamente se encerraron en el subterráneo, pero nunca imaginaron que alguien taparía la entrada y salida del túnel. Las monjas quedaron encerradas en el túnel y se piensa que ahí se encuentran sus restos, seguramente murieron por falta de oxigeno, de hambre y de sed. Nadie se dio cuenta de esto en aquellos momentos todo era confusión y caos por los enfrentamientos que se estaban efectuando ahí.

Con el paso de los años, el señor José Ángel González y otros amigos que se reunían en la plaza por las noches, platicaban que en ese lugar se oían cantos y rezos que provenían de la iglesia. Como en ese tiempo la iglesia se mantenía abierta hasta muy entrada la noche, estas personas se acercaron a ver quienes cantaban y rezaban, pero adentro se encontraba todo oscuro. Al penetrar al recinto todo lo envolvía el silencio y al encender un cerillo, la tenue luz no permitía ver a nadie, no había nadie.

Al salir del santo lugar, después de un rato, se escuchaba el rumor del rezo y del canto.

Nadie sabe de que se trata. Pero algunas señoras que van a hacer el aseo del templo nunca van solas, siempre acuden acompañadas, pues dicen que tienen miedo porque las asustan.

Nunca se supo que pasó con las monjas, ni se han encontrado sus restos, pero en Pasaje Durango, mucha gente recuerda estos acontecimientos y aún se escuchan los ruidos que ya mencionamos.

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