De nueva cuenta la pandemia esta fuera de control, si bien nunca la han domado de menos ante la creencia popular la vacuna seria capas de remediar los errores de una estrategia fallida, basta recordar las absurdas invitaciones a que la gente saliera a abrazarse y besarse, o las practicas de utilizar amuletos para detener el contagio, tan a la ligera lo tomaron que incluso advirtió que esta terrible enfermedad le venía como anillo al dedo a la 4t, ahora ante una tercera oleada López obrador se siente abrumado, no evidencia a nadie de su gabinete con capacidad de servir de sparring para que reciba los golpes que le deberían tocar y ello le molesta.
Esta aferrado a que vuelvan las clases presenciales y su ego no le permita echar reversa, requiere de alguien que le asegure que no habrá contagios en los niños o que de contagiarse no costara vidas pero nadie quiere cargar con esa responsabilidad y ello le molesta, según trascendió en una reciente reunión AMLO perdió la serenidad y encaro de manera enfurecida a Hugo López Gatell, explícame en palabras claras, sin adornos, la realidad es que AMLO no quiere otra cosa más que el consentimiento, que le digan que sus torpezas son adecuadas, que refrenden sus errores y que carguen con sus culpas.
Por desgracia quienes se han atrevido a mostrar sensatez y valor de hablarle claro a López Obrador ya no están en el Gabinete, quien tenga el pundonor de decirle la verdad queda fuera, para el Presidente solo su opinión vale, solo su idea de la verdad prospera y piensa que hasta la naturaleza, las catástrofes o las enfermedades deben ser moldeables a sus ingenuos deseos.
Regresar a los menores de edad a clases presenciales es un error, no proponer medidas drásticas para controlar la pandemia es equivocado, no querer vacunar a la niñez Mexicana argumentando que no hará ricas a las farmacéuticas neoliberales es otra tontería, los muertos siguen sumando, las camas de hospitales se llenan de nuevo, existen miles de personas contagiadas y gran parte de la culpa es de López obrador, un ser soberbio que vive en sus fantasías, un ser tan pequeño que no tiene capacidad de ser Presidente.
Mientras que en otros países ya se preparan para una tercera dosis de vacunas en México no se puede culminar con la tercera fase, mientras que en ciudades como New York pagan hasta cien dólares a quien se vacune en nuestro país se inventan complots para que los niños no sean atendidos.
En México la pandemia sigue fuera de control, doscientas cincuenta mil vidas perdidas indican que debemos tener otros datos distintos a los que por desgracia tiene López Obrador.
