Incendio forestal inicia en la cabaña de un regio. Por : Plácido Garza

17 marzo 2021
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Les platico: llegaron a su cabaña del Fraccionamiento Campestre Pinalosa, en el municipio de Arteaga, Coahuila, bien avituallados con carne asada, cerveza, otras bebidas… y un montón de bolsas de carbón.

Aprovecharon así el puente largo y ayer lunes, cuando se aprestaban a regresar a San Pedro Garza García -donde específicamente viven- según ellos apagaron las brasas del asador que usaron sábado y domingo… y se fueron.

A diferencia de lo que ocurrió en NL, en esa zona de la sierra de Coahuila no nevó en febrero pasado, debido a que no llovió.

Debido a eso, todos los alrededores de Pinalosa están secos y este factor, aunado a los vientos y al elemento humano, están detrás de la mayoría de los incendios forestales que se registran en el mundo.

AH, QUÉ BENJAS

Platiqué con el Ing. J.J. Rodríguez, quien fuera Supervisor de Vida Silvestre de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente -PROFEPA- en Coahuila, y me contó que durante el incendio de 1998 que arrasó con más de 5,000 hectáreas de la sierra de Arteaga, estaba en la oficina del Delegado de esa dependencia, cuando recibió la llamada de Benjamín Clariond, quien acababa de dejar su cargo como gobernador de NL en 1997.

El Benjas «preguntó» por la situación legal de un miembro de la familia Zambrano -dueño de la cabaña donde se originó el incendio en el poblado Las Tablas – y cuando intentó abogar por su cuate, el Delegado de la PROFEPA le respondió:

«Yo no puedo hacer nada; su situación es gravísima pues hay una demanda penal contra él como presunto responsable»

Ese mismo día, el dueño de la cabaña donde se originó el incendio forestal, tomó un vuelo privado que lo llevó a McAllen, donde contrató a un despacho de abogados a los que pagó -léanlo bien- $1,000 dólares la hora durante seis meses, para que lo defendieran de la demanda que interpuso en su contra el gobierno mexicano.

Después de todo ese tiempo, Zambrano ganó el litigio y pudo regresar sano y salvo a su casa en San Pedro.

J.J. me dijo, con sus quijadas trabadas, que adiviné cuando le escuché por teléfono, me dijo:

«El muy cabrón prefirió gastarse una fortuna pagándoles a los abogados, en vez de usar todo ese dinero para comprar pinos y otros árboles que pudieron haber reforestado las 5,000 hectáreas a las que les dio en la madre por andar asando carne en medio de la montaña», J.J.

Como soy montañista, todavía el año pasado vimos las cicatrices de ese devastador incendio de hace 24 años, en los Cañones de Jame.

En el del norte rumbo a NL fue donde se desató el incendio de ayer.

¿QUÉ PASÓ AHORA?

La familia de regios que se la pasó con madre en su cabaña de Pinalosa, no se dio cuenta de que cuando llegaron, había como una especie de alfombra de pasto seco en los alrededores, debido a la falta de lluvias.

La gran mayoría de los dueños de cabañas en ese fraccionamiento campestre son regios. Los comuneros así les llaman y dicen que son estruendosos a más no poder, porque llegan con sus trocotas, motos, cuatrimotos y demás implementos que alteran la tranquilidad de esos lugares.

Los mismos pobladores de los alrededores de Pinalosa nunca asan carne a la intemperie, porque todavía tienen en su memoria el incendio de 1998. Cocinan dentro de sus casas y pecan de precavidos. No así los «vecinos de fines de semana», como también les llaman.

El incendio se inició en una cabaña, cuyas especificaciones de ubicación y propietarios están perfectamente identificados, según me aseguró J.J.

Testigos a quienes consulté entre los lugareños de Pinalosa me dijeron que los ocupantes de la cabaña donde se originó el incendio se dieron cuenta de que la paveza alrededor del asador estaba ardiendo y la apagaron… según ellos.

Pero sucedió lo mismo que en el de 1998: las llamas de la superficie fueron apagadas por los moradores de la cabaña que lo provocaron, pero debajo de la alfombra de pasto, el fuego seguía vivo y se extendió hacia fuera de los límites de la cabaña, donde ya a la intemperie, agarró vuelo.

Solo un experto como J.J. pudo darse cuenta de esto y me lo pasó al costo para publicarlo como información para los encargados de Protección Civil, a los que también recomienda que se coloquen retenes para inspeccionar a todos los vehículos que lleguen de la ciudad a los poblados donde tienen sus cabañas.

La idea es evitar que los «vecinos de fines de semana» lleguen con carbón o leña

También me dijo que contra lo que se está diciendo en redes sociales y en algunos medios, la parte más boscosa que está en Coahuila, es la menos afectada, me comentó:

«Debido a los vientos dominantes, el incendio va hacia Nuevo León, que es donde está la flora más chaparra»

Según sus cálculos, a menos de que cambie la dirección del viento -poco probable según su experiencia- el fuego seguirá hacia NL, donde las partes más tupidas de pinos, abetos y otros árboles, ya fueron consumidas.

El reporte oficial de las autoridades de Coahuila y NL menciona mil hectáreas afectadas, la mayoría de ellas propiedad de particulares.

En el momento en que escribo esto, las cumbres de La Viga, La Martha, El Musgo y El Coahuilón -las más bellas de la zona- no han sido afectadas.

No así la parte de la sierra en NL, donde incluso han sido evacuadas cientos de familias de las comunidades de Chupaderos, Mesa del Nopal, Jacinta, Las Adjuntas, Maranata, que se encuentran resguardadas en la escuela primaria de Laguna de Sánchez y en el único hotel de Ciénega de González.

 

Artículo de Plácido Garza en : SDP Noticias

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