Casas embrujadas de Mexico.

3 octubre 2018
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La casa de la Tía Toña:

Se dice que en esta lujosa casa vivió una solitaria mujer de avanzada edad, suplía sus necesidades de compañía ayudando a los demás, les daba comida, cobijo y techo a los niños más pobres.

Sin embargo, estos niños de la calle no tenían buenos modales, y comenzaron a fastidiar a esta pobre mujer. Un día la conducta de los jóvenes colmó la paciencia de la anciana, y en un arrebato de ira, la mujer los asesinó a todos.

La tía Toña se deshizo de la evidencia llevando los cuerpos de los infantes por la barranca y aventó los cuerpos al río. Más tarde los sentimientos de culpa provocaron que la anciana se suicidara en su recámara. Aunque nadie sabe a ciencia cierta cómo murió, algunos dicen que el cuerpo sigue en la habitación principal de la mansión y otros dicen que los espíritus de los niños continúan atormentando a esta mujer.

El Hospital Juárez del centro:

Según internos y trabajadores del hospital, han escuchado, sobre todo en las noches, ruidos y sonidos extraños. Lo más “común”, en el Hospital Juárez es la atención que esta enfermera tiene hacia los enfermos; ya que se dice el que el fantasma de “La Planchada” se aparece cuando algún enfermo no ha tomado sus medicamentos, ya sea por negligencia de las enfermeras o por cualquier otro motivo. En varias ocasiones los enfermos argumentan que ya han tomado sus medicamentos, cuando en realidad la enfermera en turno no había suministrado medicamento alguno. Y, en efecto, dada la descripción de esta enfermera, que pocos han visto (pacientes y enfermeras), ha atendido a “sus enfermos”.

Hay ocasiones en que las enfermeras del turno de la noche, al hacer guardia se han quedado dormidas, y precipitadamente las han despertado sintiendo un golpe con la palma de la mano en sus cabezas. Estas, al despertar, no ven a nadie a su alrededor, solo los largos y viejos pasillos, quietos en la mitad de la noche.

Palacio Lecumberri:

olía ser la cárcel más temida de México así que, tiene increíbles historias de torturas y asesinatos ocurridos en su interior. Hoy en día es el Archivo General de la Nación pero se dice que se escuchan lamentos y ruidos por las noches y hasta apariciones de personas caminando por los pasillos.

La gente ha llegado a escuchar lamentos que provienen de las paredes del palacio, y hay quienes aseguran que los fantasmas de ese lugar no dudan en hacerse notar.

Lecumberri dejó de ser una prisión el 27 de agosto de 1976, para posteriormente convertirse en la sede del Archivo General de la Nación, en 1982. Cuando el edificio fue remodelado, se encontraron huesos humanos enterrados cerca de las salidas.

Casa de Don Juan Manuel Solórzano, el primer asesino serial de la ciudad:

¿Disculpe usarse, sabe usted qué hora es? Si caballero son las 11 en punto, dichoso usted que sabe la hora en que muere. Esa era la frase con la que Don Juan Manuel de Solórzano asesinaba por mandato del diablo buscando a quién lo deshonraba como amante de su bella esposa.

Construido en el año de 1783, este inmueble perteneció originalmente a don Juan Manuel de Solórzano, quien tuvo un destino trágico, luego de verse atormentado por los celos: tras varios días de cuestionar la fidelidad de su esposa, este caballero acudió al diablo, quien le recomendó matar al primer varón desconocido que pasara por su casa a las once de la noche; una vez consumado el hecho, este personaje acudió nuevamente con el diablo, quien le comentó que se había equivocado de víctima y lo encomendó a repetir dicha práctica cuantas veces fuera necesario hasta dar con el adúltero en cuestión.

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