Conquístala con tus palabras.

24 noviembre 2015
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1. Situación: pedirle una cita

No digas: «¿Te apetecería salir a cenar el viernes por la noche?».

Di: «¿Te apetecería salir a cenar a un japonés el viernes por la noche?».

Por qué funciona: Según un estudio realizado por científicos brasileños, respondemos mejor a las propuestas que podemos visualizar. «A diferencia de una proposición genérica, una propuesta concreta es más atractiva y pone a la persona en situación”, aseguran los responsables de la investigación.

En situación: Os imaginará a los dos compartiendo un plato de fideos de arroz. A menos que odie la comida japonesa. Y en ese caso, ya te vale.

 

2. Situación: durante la cena

Os han traído el segundo plato, y quieres ofrecerle un poco de tu comida.

No digas: «¿Quieres un poco de filete?».

Di: «¿Quieres probar el filete?».

Por qué funciona: La palabra probar es sensual. «Hace que ella piense en cómo sería probar algo más después. Otras palabras con carga sexual son bocado, jugoso o tierno”, asegura Alberto Hidalgo, psicólogo y especialista en seducción de Men’s Health. Y antes de ofrecerle una cucharada de helado, dile que sabe muy bien en la lengua. Si está muy bueno, sólo hace falta que le des una cucharadita.

 

3. Situación: en tu casa

Quieres pasar del sofá a la habitación.

No digas: «Tengo muchas ganas de hacer el amor contigo».

Di: «¿Te imaginas cómo sería si lo hiciéramos?».

Por qué funciona: «Plantear tu deseo como una pregunta la obliga a pensar en ello», tal y como afirman los responsables de un estudio sobre el poder de seducción del lenguaje realizado por el Kinsey Institute for Research in Sex (EE.UU.). «La palabra imaginar tiene una connotación sensorial que refuerza la imagen visual. Si le gusta lo que ve, ya la tienes», aseguran los científicos.

 

4. Situación: quieres más pasión

Lleváis tres meses y te gustaría que vuestra vida sexual fuera un poco más picante.

No digas: «Estaba pensando en… mmm… si quizás te gustaría probar que te amordace, pero de buen  rollo, ¿eh?”.

Di: «Vamos a probar el sado».

Por qué funciona: «Palabras o interjecciones atenuantes como ‘quizás’ o ‘mmm’ hacen que parezcas poco convencido», dice Alberto Hidalgo. «Si las evitas, junto con otras palabras de relleno como ‘ya sabes’, ‘especie’ de o ‘bueno’, te mostrarás más confiado y decidido».

 

5. Situación: ante una negativa

No le acaba de convencer lo de probar cosas nuevas.

No digas: «Venga, ¿no crees que te arrepentirás de no haberlo probado?».

Di: «Estoy seguro de que, igual que yo, dentro de seis meses no querrás pensar: ‘Debería haberme lanzado’”.

Por qué funciona: «Es una orden disimulada”, afirma nuestro experto en seducción. “Así consigues que ella se imagine el futuro; se visualice pensando que tal vez debería haberse arriesgado más”.

Con información de:

http://www.menshealth.es

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