DOMINGO DE LEYENDA: LAS PIEDRAS AZULES DEL RÍO TUNAL (DURANGO)

4 octubre 2020
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Hace mucho tiempo, tanto que las fechas y los nombres de las personas ya se borraron del archivo de la memoria, existió aquí en el Pueblito una familia que tenia tres hijas muy bonitas, tan guapas y hermosas que todos se quería casar con ellas y como eran tan codiciadas las mismas muchachas decidieron no casarse con nadie y le dijeron a su padre:

-Papa, le suplicamos que no conceda nuestra mano en compromiso de matrimonio a ningún caballero que la solicite, en virtud a que consideramos que quienes nos piden como esposas, no lo hacen por amor. Aquella petición desconcertó un tanto al padre de las muchachas, pero se dispuso a cumplirla.

Pronto el contenido de la estaña petición se extendió en el pueblo. Entre tanto, el hombre se convirtió en un celoso custodio de sus hijas y con mosquete en mano patrullaba en perímetro de su residencia de DIA y noche.

Las chicas mitigaban su angustia de soledad visitando las márgenes del rió, sombreadas con árboles añosos de corpulento tronco donde se bañaban y al mismo tiempo entonaban románticas canciones.

Un DIA de tantos, tres mancebos apuestos y simpáticos irrumpieron en la quietud del baño, cada uno tomo en sus brazos a la belleza de su predilección y entregándoles un apasionado beso de amor, les manifestaron pasión que habían reprimido por mucho tiempo.

Las mujeres aun sorprendidas, correspondieron a las cortesías varoniles y en ese momento nacieron tres parejas que se juraron amor eterno, optando por mirarse en ese lugar todas las noches alumbrados por la luna.

Las visitas al rió de las tres muchachas se hicieron mas frecuentes y prolongadas, circunstancia que despertó el celo y la desconfianza de los padres de las chicas, quienes al sentirse burlados y desobedecidos, en una noche de luna, levantaron los brazos y los ojos al cielo y en ferviente voto de fe pronunciaron la siguiente maldición:

-Señor, por las cinco llagas de tu cuerpo, los tres clavos de tu cruz y las doce verdades del mundo, te pedimos conviertas estas muchachas en piedras antes de verlas en brazos de mortal alguno.

El conjuro, provocó el milagro y las hermosas muchachas se quedaron clavadas al fondo del rió hasta la consumación de los siglos, convertidas en tres enormes rocas, donde a una de ellas, se le distingue bien el peine ton que en ese momento portaba en la cabeza.

De los mancebos nunca se conoció su destino, pero las hermosas muchachas continúan su baño en las aguas del rió Tunal, cantando hermosas canciones ininteligibles en las noches de luna llena.
(gatito promo)

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