Cierra sus puertas Papelería Martínez

4 junio 2020
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Es probable que entre las nuevas generaciones suene poco el nombre de dicho negocio pero quienes tienen 45 años o más es imposible no recordarlo, originalmente ubicada en el corazón de Saltillo, calle Zaragoza antiguamente conocida como calle del Comercio,  la Papelería Martínez  o Librería Martínez razón social original era el sitio obligado para surtir la lista de los útiles escolares, generaciones acudieron por su propio pie o en compañía de sus padres para adquirir ahí todo lo relacionado con las listas exigidas por las escuelas, un negocio donde se encontraba todo y estaba dar vueltas para completar lo requerido, reglas, juegos de geometría, lápices de colores o dibujo, las laminas bibliográficas o informativas e incluso libros, asistir a dicho lugar cuando se fue niño era incluso emocionante.

Contaban con artículos de todos los precios, desde las fabulosas cajas de colores Prismacolor de lámina y con más de 20 lápices de distintos matices hasta las económicas cajitas de cartón con dibujos parecidos a las escenas de Disneylandia, lo mismo las reglas T o los cuadernos de dibujo donde el presupuesto definía si se adquiría marca Polito o Scribe.

Papelerías y librerías de que se localizaban en el centro poco a poco fueron desapareciendo, los mercados al igual que las necesidades y las costumbres cambiaron, sin embargo Papelería Martínez resistió, si bien dejo el local del centro cambio hace décadas su ubicación a la colonia Republica, justo frente a un costado del Tecnológico de Saltillo sobre Avenida Universidad y calle Cuatrocienegas, su proximidad con algunos planteles como el citado tecnológico o el Ateneo Fuente le permitieron continuar operando, en algún momento antes de los teléfonos inteligentes proporcionaron también el servicio de renta de computadoras e internet, en igual forma mantenían un centro de copiado y engargolado tratando de ir cambiando sus servicios al ritmo de las nuevas necesidades y la tecnología.

Seguramente la modernidad, la dificultad económica, la crisis que padecemos y la pandemia orilló a este emblemático negocio a cerrar sus puertas, no es el primero ni el ultimo que por desgracia desaparecerá, ya son cientos de comercios tradicionales que desaparecen, una vida detrás de un mostrador que solo queda en el recuerdo, esa añoranza de cuando los clientes éramos importantes, las frases como paseé que anda llevando, en que le podemos atender o que más le damos soy hoy poco escuchadas, ahora quien consume prácticamente ruega para que le vendan, se aportan filas, malos tratos o el típico no tengo feria, antes el cliente siempre tenia la razón, hoy se nos trata con frialdad e incluso malas caras, justo como si venderte beneficiara al comprador y no al dueño del negocio.

 

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