Indígnate festejo de AMLO

2 julio 2019
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Sin muchas sorpresas el evento de tributo a la vanidad del AMLO, según cifras focales asistieron poco más de 42 mil almas, claro que de ese número pocos fueron por su propio pie, según algunas notas 1500 camiones facilitaron el acarreo, la gente en su mayoría sumamente humilde descendía de los autobuses con una pequeña bolsa que contenía algunos alimentos y una bebida tipo Frutsi, al momento de que descendían les entregaban alguna bandera de MORENA instruyéndolos sobre como ondearla al igual que les sugerían algunas porras.

En las proximidades de zócalo capitalino invitaron a todos los vendedores de artesanías a retirarse, solo permitían la venta de objetos alusivos a AMLO, botones, mascaras, playeras, emblemas y otros objetos que enaltecieran la imagen del mandatario, un espectáculo verdaderamente retrogrado, corregido y aumentado de lo que ellos tanto criticaban de otros partidos, aprovechando la pobreza al igual que la ignorancia para simular adoración o apoyo, niños, adultos mayores, personas de áreas marginadas fueron los que en su gran mayoría estuvieron presentes, los grupos musicales no podían faltar.

Toda una parafernalia con cargo al erario público, la única finalidad  alimentar el ego, en el fondo no se informo nada nuevo, el mismo discurso reiterativo lleno de falacias y aderezado con autoengaño, no hubo cifras contundentes, tampoco datos precisos, todo sustentado en suposiciones o presunciones personales, el espectáculo simulaba tiempos ancestrales donde los monarcas se dejaban ver por la plebe permitiéndoles les adoraran, un espectáculo lleno de populismo que recordaba los mejores tiempos de un pasado que México no quiere volver a vivir, poco falto para el discurso fuera culminado con un “ Arriba y Adelante “ o “ La solución somos Todos”

Las notas en páginas de noticias falsas o dedicadas únicamente a la exaltación oficial presumían en redes sociales un supuesto y arrollador apoyo, como si cargar gente en camiones a base de cortesías o dádivas en verdad tuviere algún mérito real, olvidando su retórica que apenas hace un año aborrecía dichas prácticas indignándose por la manera en que otros aprovechaban la necesidad para realizar acciones de clientelismo político.

En el fondo se viven realidades peores que las se prometieron remediar, la pobreza extrema continua en aumento, las brechas sociales se ensanchan, el poder adquisitivo disminuye, la educación no mejora, se viven los peores tiempos en cuanto a inseguridad, el numero de muertes violentas supera todos los récords, la gasolina no baja de precio, la sociedad civil aun no ocupa todos esos puestos vacantes que los miles de despidos han generado, familiares o amigos del Presidente siguen siendo favorecidos con obras o cargos públicos, se siguen solicitando prestamos, el petróleo continua siendo explotado por extranjeros, México se encuentra de rodillas ante las indicaciones de los Estados Unidos, los hospitales no mejoran la atención ni cuentan con medicamentos, incluso el famoso avión Presidencial aun no ha podido ser vendido.

El festejo de AMLO no es más que una búsqueda de antídoto a tantos errores, una denotación de poder electoral o muestra del dominio y sometimiento de masas, una cachetada a la realidad que se sigue negando sin quererla reconocer, una presunción de músculo político logrado con base a la dádiva, mentira y explotación de la esperanza.

De fondo nada que celebrar, tampoco que presumir, a quien tenga un poco de visión objetiva el acto realizado es indignante en sí mismo, en igual sentido inútil, una fiesta que nada celebra, un show político que solo refleja las carencias de un gobierno que ocupa de kermeses o fandangos para simular que existen quienes aprueban cosas que no pasan y ofertas que no se cumplen.

 

 

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