Las últimas horas de un símbolo por la muerte digna

20 mayo 2019
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Todo está listo para que Vincent Lambert empiece a morir en las próximas horas. Como él hubiera querido, afirman su mujer y buena parte de la familia de este enfermero de 42 años tetrapléjico y en estado vegetativo desde que sufrió un accidente de tráfico, en 2008, sin dejar un testamento vital donde se especificaran sus deseos. Pero contra la voluntad de sus padres y de dos hermanos, que han agotado las vías judiciales para impedir que se detengan los cuidados que lo mantienen con vida, aunque prometen que seguirán luchando mientras Lambert siga respirando. Sus abogados han anunciado «nuevos recursos» este mismo lunes, fecha programada por los médicos para el inicio del proceso que llevará a Lambert a la muerte. Un momento que marcará un antes y un después en el debate en Francia sobre la eutanasia, que el caso de Vincent Lambert ha simbolizado como pocos. El hospital de Reims ha extremado las medidas de seguridad ante las protestas previstas.

Según lo anunciado por el médico responsable de su caso, Vincent Sanchez, del hospital de Reims donde ha pasado Lambert los últimos años mientras su familia se enfrentaba en los tribunales de todo el país y hasta en los europeos, este lunes se iniciará el protocolo de fin de vida. En este caso, pasa por detener las máquinas que lo alimentan e hidratan. A la par, será sometido a una sedación “controlada, profunda y continuada” hasta su muerte, que es lo que la ley francesa prevé para evitar el “dolor refractario o insoportable si la muerte es esperada en las próximas horas o días”. A Lambert también le será administrada una dosis de analgésicos “por precaución”, dijo a la Agencia France Presse una fuente médica según la cual este protocolo podría prolongarse de dos a cuatro días.

Proceso avalado por la justicia

Sanchez comunicó a la familia su decisión de iniciar el protocolo este lunes diez días antes de la fecha fijada. Lo hizo tras la última respuesta del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que rechazó volver a revisar un caso sobre el que ya se había pronunciado en 2015, cuando ya avaló la decisión de la justicia francesa de detener los cuidados de Lambert. Esta ha dado razón una y otra vez a la mujer y tutora legal del paciente, Rachel Lambert, quien junto con otros cinco hermanos y hermanas de Vincent, así como un sobrino, han luchado por poner fin a lo que consideran un “encarnizamiento terapéutico”. Aunque en Francia no es legal la eutanasia, sí prescribe que los cuidados médicos “no deben prolongarse con una obstinación irrazonable” y que, “cuando parecen inútiles, desproporcionados o sin otro efecto que el mantenimiento artificial de la vida, pueden suspenderse o no emprenderse”. La decisión final la debe tomar el equipo médico. También el Consejo de Estado se ha pronunciado a favor de poner fin a los cuidados del enfermo en estado vegetativo.

Agotada la vía judicial, que ha durado más de seis años, los abogados de los padres de Lambert y de una hermana y un hermanastro, católicos tradicionalistas que afirman que lo que se pretende hacer es una eutanasia encubierta, acudieron al Comité sobre los derechos de personas con discapacidad de la ONU. Este pidió a comienzos de mayo que se detuviera el proceso mientras analiza el fondo del caso, pero el 7 de mayo, Francia comunicó oficialmente que no esperará el plazo solicitado. Poco después, el médico de Lambert fijó el 20 de mayo como la fecha para detener las máquinas del paciente.

La tensión ha ido aumentando conforme se acerca el momento. Los últimos reveses legales los sufrieron los padres de Lambert el viernes, cuando el Defensor de los Derechos replicó a los abogados de los padres que habían recurrido ante esta instancia que la petición del comité de la ONU “está en contradicción con las decisiones judiciales nacionales y europeas” en torno al caso y que, de cualquier modo, no es él el responsable de resolver ese eventual conflicto normativo.

El sábado, los abogados de los padres de Lambert apelaron en una carta abierta al presidente francés, Emmanuel Macron, denunciando el proceso como un “crimen de Estado cometido al precio de un abuso de autoridad contra el Estado de derecho”. El Elíseo no se ha pronunciado públicamente sobre el tema. Quien sí lo ha hecho es la Conferencia de Obispos, que en una declaración lamenta la “precipitación para llevar a la muerte” a Lambert y se pregunta por qué no se espera a que el comité de la ONU se pronuncie sobre el fondo de la cuestión, como querían los padres del paciente. Padres y familiares del paciente se congregaron ayer domingo ante el hospital para pedir a los médicos para que “sigan hidratando y nutriendo” a su hijo. Mientras, sus abogados aseguran que presentarán el lunes «nuevos recursos» y una «denuncia disciplinaria» contra el doctor Sanchez, en un nuevo intento de detener el proceso.

 

Información de: El País

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