Los límites de Donald Trump aún son un misterio. Excesivo, furibundo, mentiroso, ignorante… los calificativos que le dedican sus enemigos se han multiplicado desde que se presentó en campaña y en los últimos meses han derivado en uno especialmente venenoso para un presidente de EEUU: desequilibrado mental. Una acusación que ha cobrado fuerza esta semana tras la publicación de un demoledor retrato de la Casa Blanca y que ha llevado al propio Trump a declarar muy a su modo que, lejos de estar incapacitado para el mando, es “un genio”.
Trump defiende su capacidad mental calificándose a sí mismo como “un genio”
La contestación llegó en una floreada serie de tuits mañaneros emitidos desde su retiro de Camp David. En ellos se ofrece un buen perfil de su personalidad. “Ahora que se ha demostrado que la trama rusa, después de un año de intenso escrutinio, es una total falsedad, los demócratas y sus perros falderos, los grandes medios mentirosos, han recuperado el viejo juego que aplicaron a Ronald Reagan y han empezado a gritar sobre mi estabilidad mental e inteligencia. Lo cierto es que a lo largo de mi vida, mis dos grandes bienes han sido la estabilidad mental y ser realmente inteligente. La Deshonesta Hillary también jugó fuerte a estas dos cartas y, como todo el mundo sabe, acabó quemada. Yo pasé de ser un muy exitoso empresario a una gran estrella de televisión a presidente de Estados Unidos (al primer intento). Creo que esto se calificaría no como inteligente, sino como genio… y un genio muy estable”.