Maniatado por la debilidad de sus finanzas públicas, durante los últimos años el estado de Coahuila se vio en la necesidad de reducir la inversión en infraestructura. También se privó de implementar programas innovadores de apoyo para la creación y desarrollo de empresas y, entre otras carencias, no logró impulsar estrategias más agresivas para la atracción de nuevas plantas del sector automotriz.
Sin duda que una de las primeras tareas que deberá asumir el gobernador Miguel Riquelme, será la de trazar una trayectoria de crecimiento que devuelva a Coahuila el mote de la ‘Detroit de México’, el cual, poco a poco, se fue perdiendo, ante estados como Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes y Puebla. En la competencia por atraer nuevas inversiones, dichas entidades resultaron más atractivas para las armadoras automotrices.
De pronto, el atractivo que hasta finales de los noventas caracterizaba a Coahuila, se perdió. Veamos por qué.
Recientemente, el Tecnológico de Monterrey publicó el Índice de Competitividad Sostenible de los Estados Mexicanos 2017 (ICSEM). No lo hacía desde 2012. A diferencia de otros índices de competitividad, rodeados de incógnitas y especulaciones, el ICSEM mantiene seriedad y resulta confiable para en análisis de las fortalezas y debilidades de las entidades federativas.
En el Índice Global, Coahuila cae del sexto lugar nacional en 2012, a la novena posición en 2017. Al analizar por componente, en lo que respecta al Desempeño Económico, relacionado con el empleo, las inversiones, comercio internacional y el mercado interno, la entidad sufrió una caída mayor, descendiendo del segundo al séptimo lugar nacional. En Infraestructura también se presenta una caída, pasando del lugar 10 en 2012, al 18 en 2017.
No todo es de bajada. Coahuila muestra algunas fortalezas que lo conservan en el Top Ten de competitividad. Por ejemplo, en lo que respecta al Desempeño Gubernamental, la entidad escaló de la posición 28 a la 18. Lo mismo en Eficiencia de Negocios, donde pasó de la séptima posición, a la cuarta en el mismo periodo de análisis.
Las debilidades a las que el gobernador Miguel Riquelme tendrá que poner atención, que de hecho ya perfiló cierta estrategia cuando mencionó que instruirá a su secretario de Finanzas para diseñar una nueva reestructura de la deuda, es, entre otros, a dos elementos que restan a la competitividad del estado: la deuda pública y la debilidad de las finanzas. El Tecnológico de Monterrey, ubica a Coahuila en el último lugar nacional en el subcomponente de Finanzas Públicas.
Otro subcomponente que Coahuila deberá atender de inmediato, asunto que fue ventilado durante la campaña electoral, es el sistema de salud, ya que en el estudio referido la entidad también ocupa el último lugar nacional.
En sus primeras intervenciones, Riquelme habló de seguridad, deuda pública y empleo. Sin duda, factores fundamentales para apuntalar la competitividad del estado. Sin embargo, para trazar una trayectoria de crecimiento sostenible y sustentable, no de llamaradas o coyuntural, deberá formularse un plan estratégico a partir de los pilares que conforman los distintos índices de competitividad.
Incluso, valdría la pena establecer un plan estratégico que trascendiera el sexenio que recién comienza. Un acuerdo amplio entre los sectores productivos, académicos y sociales del estado.
Las entidades federativas “estrellas”, Querétaro, Guanajuato, Jalisco, Aguascalientes, Nuevo León entre otras, se caracterizan por haber emprendido proyectos de desarrollo y de fortalecimiento de la competitividad de largo aliento. A la fecha, ocupan las primeras posiciones en el ranking nacional o han crecido considerablemente; con el efecto inmediato de tornarse atractivas para la llegada de nuevas inversiones.
Ejemplo: Guanajuato ocupaba el lugar 22 en 2012. En la medición de este año, efectuada por el Tecnológico de Monterrey, se instala en el lugar 11. ¿Cómo lo hicieron? El resultado, tú lo conoces: en años recientes, Mazda, Toyota, Pirelli, Ford, Hino Motors, tomaron la decisión de instalarse en la tierra de José Alfredo Jiménez, desairando a la otrora ‘Detroit de México’.
Una luz: durante su gestión en el municipio de Torreón, Miguel Riquelme, a través del Instituto Municipal de Planeación y Competitividad, puso atención a los indicadores de competitividad y, de hecho, durante su administración logró mejorar los indicadores en los índices publicados por el IMCO y Aregional.
Así que, valoramos y agradecemos se ponga atención a la seguridad y la deuda pública. No obstante, ¡te encargamos la economía! Riquelme.
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