Algo que vale la pena contar ALBERTO BOARDMAN

20 octubre 2017
Visto: 950 veces

 

boardman33

El Nobel de Física 2017 llegó a tres americanos, Rainer Weiss, Barry Barish y Kip Thorne, su mérito: La detección y observación de «ondas gravitacionales» con la colaboración LIGO (siglas en inglés del Observatorio de Ondas Gravitacionales con Interferómetro Láser).

¿Qué importancia tiene del descubrimiento? Su dimensión es similar a la construcción del primer telescopio. Antes de Galileo se pensaba que el universo era rígido, luego supimos que está en constante movimiento. Einstein aportaría en la «Teoría de relatividad general», la posible existencia de ondas gravitacionales unos cien años atrás. El genio profetizaba que tal como existen ondas electromagéticas, igual debía existir una onda relacionada con la gravedad, sin embargo resultaría sumamente difícil detectarla. ¿Por qué?

La relatividad nos enseña entre otras cosas, que el universo se expande y cambia, imaginemos una inmensa tela elástica, si algo se mueve sobre ella, las vibraciones  se propagan por todos los pliegues. Esas vibraciones son las ondas gravitacionales que viajan por el universo, pero las distancias son tan enormes que para cuando llegaban a la tierra, se volvían prácticamente indetectables. Es como arrojar un guijarro al agua, las ondas producidas por el impacto van siendo cada vez mucho menos perceptibles en la distancia.

A partir de la confirmación en la detección de ondas gravitacionales, la información que obtendremos sobre lo que sucede en un universo oculto hasta ahora, cambiará exponencialmente. Antes nuestra observación se realizaba mediante la luz, tal vez los neutrinos; ahora las gravitacionales permitirán una nueva dimensión en la detección de fenómenos a distancias inimaginadas. Tan es así que las primeras ondas, fueron detectadas gracias a la energía liberada por la fusión de dos agujeros negros, sucedida hace 1,300 millones de años.

El crecimiento del proyecto permitirá «ver» lo hasta ahora «no visto» en la vastedad del cosmos. Los prodigios que anteriormente eran muy difífiles de apreciar, podrán ser registrados gracias a cuatro décadas de trabajo y esfuerzo científico. No cabe duda que nos encontramos ante una nueva era de la astronomía y con ella, una ventana insospechada al universo.

Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.                                     Contacto: [email protected]  –  Twitter: @AlBoardman

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *