“¿Qué tan VIP tenemos que ser?”, comentó en tono bromista Paul McCartney cuando un cadenero le impidió la entrada al after de Tyga, una de las muchas fiestas que se dieron al término de los Grammys. Lo único más sorprendente que el hecho de que dejaran en la puerta al exbeatles es que Paul haya decidido ir a dicha fiesta. Cuando el mundo supone que el Sir McCartney tendría llave para entrar a todo evento del espectáculo, así como un reservado personal, se encuentra con la puerta en la nariz como cualquiera de los mortales. La leyenda que revolucionó el género y la industria del pop agregó: “Necesitamos otro éxito amigos». Y le ordenó a Beck que se pusiera a trabajar, a quien, dicho sea de paso, también le prohibieron la entrada junto con Taylor Hawkins. Increíblemente las estrellas del rock se dieron media vuelta y, como dirían en mi pueblo, se fueron “con su música a otra parte”. Pero el asunto no quedó allí. El camarógrafo de TMZ, tomando partido para defender a las leyendas del pop, se acercó al joven rapero Tyga para preguntarle la razón por la cual no le permitieron el acceso a la fiesta a semejante personalidad, nada menos que un exbeatle, recibiendo nula respuesta, incluso siendo ignorado. ¡Vaya jovencito! ¡Y pensar que más de uno lo catalogan como un payaso! Bow Wow (otro rapero de los incontables que hay), tratando de suavizar las cosas, comentó que “eran muchachos y se les hace fácil”. Probablemente como yo, tú también necesitas googlear el nombre de dichos raperos para saber quiénes son, pero ya se sienten en los picos de la Luna a sus escasos veintitantos años.
Me pregunto si no sucederá algo semejante en aquel día, cuando las almas de todos seamos confrontados con la posibilidad de quedarnos fuera del Reino de Dios eternamente. No será el capricho de jovencitos ni de un cadenero glorificado; tampoco la voluntad del apóstol San Pedro, tan mencionado en las tradiciones, cargando las llaves del cielo, ni siquiera un arcángel a la entrada, sino que dependerá en absoluto de que esté tu nombre en el libro de la vida. Así dice la Biblia y no servirá mucho ser VIP del mundo del espectáculo ni de la religión, sólo entrará aquel cuyo nombre esté escrito en el Libro de la Vida de Dios.
Por lo mismo, es indispensable que hagas la reservación ya, después de todo tenemos más segura la muerte que los años que viviremos. Si preparas reservación para vacaciones de una semana, ¿cuánto más para el viaje a la eternidad? No sales a la aventura, revisas reservación de hotel, de avión y demás detalles propios del viaje, como equipaje, condiciones del clima, etc., ¡con mayor razón el viaje sin retorno al más allá! Si por no escribir tu nombre en un reservado pierdes el lugar en un restaurante de prestigio, lo recuperarás otro día, pero ¿cómo recuperarás la vida eterna habiendo sido negligente en asegurarla antes de morir? Y en esto no hay favoritos que puedan evitar el trámite. Amístate con Dios de una vez, como dicen las Sagradas Escrituras: «Justificados, pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo» (Rom. 5:1).
De The Beatles, John Lennon se adelantó, por decirlo así. Espero no confiara en su fama ni haya querido entrar basado en su éxito “Imagine”…
