La política está tan plagada de amarguras que constantemente ha tenido la capacidad de llenar la historia de injusticias, Agustín de Iturbide fue víctima de ella.
Los libros de historia de la educación pública se han encargado de tachar a Iturbide como un traidor que usurpó el poder para beneficiarse personalmente, la realidad es que la motivación de dichas acusaciones es la envidia que por generaciones se ha tenido al libertador de México.
Agustín fue el único líder independentista que tuvo la capacidad de reunir a todos los participantes de la guerra civil en un verdadero proyecto de nación, su plan de las tres garantías fue el primero en reconocer la igualdad entre personas poniendo fin definitivamente al sistema de castas. Mucho se ha criticado que Iturbide por oportunismo paso del bando realista al libertador, es una vil mentira pues Agustín siempre quiso la independencia pero como militar estuvo completamente en desacuerdo con los actos brutales acometidos por los rebeldes como sucedió en la alhóndiga de granaditas. Se le acusa también de haber tiranizado el país desde su trono imperial, nada más falso pues fue él quien impulso decididamente la realización de una constitución que le diera orden a la nación y con su necio sueño demócrata acabó por cavar su propia tumba.
En el momento en que su reinado era insostenible sin desatar otra guerra civil optó por abdicar al trono y exiliarse en Europa, no sería él motivo de otro derramamiento de sangre. Cuando se enteró de los planes de reconquistar México regresó al país para ponerse a las órdenes del Congreso y este lo asesinó cobardemente.
Agustín fue un hombre de carne y hueso con aciertos y errores, pero nunca el traidor que nos quieren pintar; por el contrario sus amigos, la política, la historia, la patria con mezquindad lo han traicionado a él.
Una pregunta.
¿Cuántos sabían que este domingo 27 de Septiembre se cumple un aniversario más del nacimiento de nuestra nación, no por un grito de guerra sino por un pacto de unidad?
Escrito por: Victor González
